Viernes 5 de febrero de 2016
Transcripción completa (desde 7mn38s)
No hay que ser celoso,
celoso. has mirao, que te han mirao... Pero algunas veces pues, sin
querer, de dentro se te escapa, de decir “qué haces”. Porque yo sí lo reconozco
que soy un poco celoso, por celos, por miedo a perderla y ya está.
Dónde acaba la influencia
saludable, la influencia legítima en una relación de intimidad y dónde empieza
la violencia de género. Es difícil de precisar. Sobre todo, porque hemos
transmitido una idea del amor que se crea hace 200 años que es la idea del amor
romántico. La idea del amor romántico tiene algunos elementos maravillosos que
podemos conservar, como por ejemplo que el amor es importante, que en el amor
te tienes que fijar en aspectos profundos de la persona. Perfectamente, esas
ideas son compatibles con la salud y con la igualdad. Pero hay otras ideas que
no lo son. Por ejemplo, “quien bien te quiere te hará llorar” No, quien bien te
quiere no te hace llorar, te hace sentirte bien. Otra idea muy peligrosa: por
amor hay que estar dispuesto a darlo todo. ¿Incluso soportar la violencia? No. Por
el contrario tendríamos que transmitirles que amor y violencia son
incompatibles, como reconoce actualmente nuestro código penal.
Es la idea el mito del
amor romántico que está construida sobre una referencia cultural. Los celos,
que son el argumento principal para actuar de ese modo, los celos no son amor,
los celos son control, el amor es confianza y la confianza significa que cada
una de las personas se muestre tal y como es en la relación y a partir de ahí
interaccionar. Pero esa idea de que yo tengo que controlarte y que tú me tienes
que controlar o decidir por mí porque eso es demostración de amor es una
construcción cultural.
Nos venden mucho en los
medios de comunicación y en los productos culturales que amar es sufrir. Y lo
que queremos es desmontar esa asociación tan perversa entre amor y sufrimiento.
Por ejemplo desmontar ideas como... “los que más se pelean son los que más se
desean”. También esa idea de que... “quien bien te quiere te hará llorar”. Son
justificaciones a procesos de dominación, basados en la violencia, que de
alguna manera no nos están ayudando en nada. Nos juntamos para hablar del amor
romántico, para desmontarlo, para analizarlo, y hacemos un doble trabajo en el
ámbito político y social, y también en el ámbito personal. En las charlillas
que doy hablo de la Cenicienta. La mujer estaba ahí sometida a una explotación
laboral. Podríamos llamarlo así... Porque decía que estaba cansada de limpiar
chimeneas y tal... Y la tipa, en vez de decir: bueno, ahí os quedáis, yo me
voy, me alquilo un piso con las amigas, me busco un trabajo, estudio algo para
ver si puedo mejorar, en fin... Pero lo que Cenicienta decide es esperar al
príncipe azul y la salve y le solucione la vida y le resuelva sus problemas, que
es muy cómodo. El mito de la media naranja creo que es uno de los mitos que más
daño nos ha hecho a nosotras, a las mujeres. Esta idea de que tiene que haber
alguien, aunque sea en Japón, que se complemente con nosotras a la perfección,
como una cremallera. Todos los productos culturales nos siguen vendiendo la
idea de que el amor es la salvación y también es la solución a todos tus
problemas. Por ejemplo Cenicienta, ¿no? Cenicienta lo que hace es esperar, esperar
a que alguien le resuelva la vida, esperar a que alguien la saque de ese pozo. Se
nos sigue mandando esta idea de que si esperas, si tienes paciencia y te
mantienes guapa, alguien te puede salvar. De alguna manera esos mensajes calan
mucho en nosotras, porque nos lo venden con una música muy bonita, con actrices
muy guapas y con personajes que se rinden ante el amor.
Violencia física. No solo
hay hombres que se creen en el derecho, se sienten superiores a las mujeres, ya
les va bien que en esta sociedad pues ellas tengan menos oportunidades, ejercen
el control o la violencia psicológica sobre ellas, sino que incluso se creen en
el derecho de maltratarlas físicamente cuando ellos lo consideran.
-La violencia física que
viene por parte del hombre hacia la mujer es para tener el control, para hacer
que esa mujer le respete, o algo así...
Porque tú tienes una idea
de lo que es ser hombre y vivir en pareja, y como entiendes que ella vale menos
que tú, no la vas a respetar, puedes llegar incluso a maltratarla, para
mantenerla, para que no se vaya más allá de lo que...
-En este aspecto de la
violencia física, si una mujer pega al hombre ya no se ve tan... es como bueno,
algo habrá hecho ese hombre...
-Sí bueno, el problema... Sí,
siempre sale el tema. Qué pasa con las mujeres que pegan a hombres. Las
mujeres, la violencia que acostumbran a ejercer es más de tipo psicológico que
físico, porque entre otras cosas no tienen tanta fortaleza. Hay casos. Puede
haber algún caso de que alguna mujer haya maltratado a un hombre. Pero según
las estadísticas, el 98% de los casos es una violencia que ejercen los hombres
hacia las mujeres. Hay un 2% de esta violencia femenina hacia los hombres, pero
es un 2%. Para que os hagáis una idea en 10 años, desde 2004 al 2014 en España,
no estoy hablando de un país lejano, estoy hablando de éste, datos oficiales,
porque hay gente que dice que es mucho más, aproximadamente, número arriba y
número abajo, 700 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas.
-Recuerdo un caso al
terminar una conferencia se me acerca una mujer mayor y me agradece que fuera a
ese lugar a dar la conferencia y de pronto se queda así como un poco insegura y
me dice:
no vaya a pensar usted que
yo he venido aquí porque mi marido me maltrata.
No, no, yo no pienso nada.
No, no, es que quiero que
quede muy claro que yo he venido aquí porque a mí este tema me interesa mucho, a
mí, mi marido nunca me ha puesto la mano encima. Y me dice: claro, que yo
tampoco le he dado motivo.
Luego si un hombre
maltrata a su mujer y a su pareja es porque ella ha hecho algo que merece esa
corrección violenta. Todavía en la sociedad, pesa mucho, esa referencia sobre
lo que la mujer hace o deja de hacer.