dimanche 30 octobre 2022

Cours de conversation en espagnol du 28 octobre

¿Por qué no se construyó en América Latina una poderosa red de trenes como la que conecta Europa?





Hoy Hablamos, episodio 1449. Expresiones para soltarse.


Algunas expresiones o palabras que vas a aprender son: 


-  soltar

-  soltarse

-  soltarse la melena

-  no soltar prenda

-  soltar una lagrimita

 


Hola de nuevo, querido oyente. ¿Cómo estás? ¿Todo en orden? ¿Estás más suelto hablando español últimamente? ¿Tienes ganas de soltarte la melena? Ojalá que sí, puesto que en este episodio vamos a practicar con verbos y expresiones de la familia léxica del verbo soltar. No lo confundas con el verbo saltar, ese es otro verbo, aquí tenemos el verbo soltar.


Hoy hablamos de expresiones con la palabra “soltar”. 


Hoy vamos a irnos a Valencia, ya que tenemos una historia que se desarrolla en esa ciudad. Nuestra protagonista es una chica inglesa que visita la ciudad por motivos académicos. Quiere hacer un curso intensivo de español en la ciudad. Esta será la excusa perfecta para ver los cinco usos de este verbo que hemos preparado para ti. Atento a la historia. ¡Vamos allá! 


«Anita decidió ir a Valencia para hacer un curso intensivo de español. Estaba muy ilusionada, ya que era su primera visita a esa hermosa ciudad. Llegó al apartamento que había alquilado, se preparó una taza de té y descansó un rato. De repente, escuchó unos ruidos muy fuertes y se asustó, se asustó tanto que soltó la taza de té y manchó el sofá. Al final, el ruido no era nada peligroso, solamente era una familia de españoles que estaba de comida familiar. “Estos españoles hablan muy alto”, pensó Anita. Anita cogió un trapo y limpió la mancha de té del sofá y se fijó en que el sofá estaba lleno de pelo. “Lo más probable es que sea de un perro que suelta pelo. O eso espero”, pensó. Como es normal, al principio Anita tenía algo de miedo de hablar con la gente, pensaba que no tenía el suficiente nivel. No obstante, pronto se dio cuenta de que eso no era así. Poco a poco empezó a soltarse y sentirse más cómoda con el idioma. Además, sus compañeros de clase eran muy simpáticos y agradables. Bernd, de Alemania, era el más chistoso; Susana, de Estados Unidos, era tímida, pero muy amigable; y Natalia, de Francia, la más alocada y divertida. Durante los días que duró el curso formaron un grupo de lo más divertido. Un día decidieron salir de fiesta juntos para divertirse y también para comprobar si la fama de buenos bailarines de los españoles era cierta o no. Anita y sus nuevos amigos lo estaban dando todo en la pista de baile. Susana, la más tímida del grupo, se soltó la melena y se subió a la tarima para bailar y darlo todo. Bailaba como si estuviera poseída. No solo eso, sino que también tuvo éxito en cuestiones amorosas. Fue una noche mágica para todos ellos. Al día siguiente, en la academia, Anita, el resto del grupo y también el profesor querían saber algunos detalles, por eso le decían: “Cuéntanos cosas de anoche, ¿cómo fue tu aventura, Susana?”. Susana, aún con resaca, sueño y algo de timidez, no soltó prenda: “Chicos, no queráis saber demasiado, solo puedo deciros que fue y será siempre una noche inolvidable”. Anita y sus amigos pasaron el resto del viaje conociendo Valencia, yendo de tapas, hablando con nativos... Sin embargo, todo tiene un fin. Llegó el día de la despedida. Anita fue la primera en soltar una lagrimita. No fue la única. También lloraron Bernd, Susana y Natalia. A pesar de la tristeza, los amigos se comprometieron a seguir en contacto y verse, al menos, una vez al año». 


Lo que Valencia ha unido, que no lo separe el hombre. Ojalá que estos amigos puedan mantener la relación mucho tiempo. 


Dicho esto, ¿te apetece que analicemos los usos que les hemos dado al verbo soltar y sus derivados? ¡Vamos allá! 


Soltar 


Bueno, pues vamos a practicar en primer lugar con el verbo protagonista de hoy: soltar. En este caso, en su uso transitivo. En el fragmento, hemos oído lo siguiente: “De repente, escuchó unos ruidos muy fuertes y se asustó, se asustó tanto que soltó la taza de té y manchó el sofá.”. 


Decía que Anita “soltó la taza de té”. Soltar significa liberar, desprender, desatar. Entonces, Anita se desprendió de la taza de té, dejó de agarrar la taza de té. Eso significa soltar en este contexto. 

El verbo soltar es un verbo transitivo. Esto significa que se requiere un objeto directo. Y, ¿qué objeto directo hay en la oración “soltó la taza de té”? Pues el objeto directo es la taza de té. 


Podemos utilizar el verbo soltar en muchas situaciones, por ejemplo: el perro de Jaime suelta pelo; Inés ha soltado el globo con el que estaba jugando; o, Julia va a soltar sus peces en el estanque. 


Soltarse 


Acabamos de hablar de soltar, y ahora vamos a pasar a su uso pronominal, su uso con pronombre. Hablamos de soltarse. Algo que hemos escuchado aquí: “Como es normal, al principio Anita tenía algo de miedo de hablar con la gente, pensaba que no tenía el suficiente nivel. No obstante, pronto se dio cuenta de que eso no era así. Poco a poco empezó a soltarse y sentirse más cómoda con el idioma”. 


Vamos a ver qué significa eso de que Anita empezó a soltarse. En España, se dice que una persona se suelta cuando empieza a adquirir habilidad, cuando empieza a relajarse con algo nuevo. 


En nuestro ejemplo, Anita no tenía mucha confianza a la hora de hablar español debido a la falta de práctica. No obstante, con el paso de los días y la práctica en la calle y en la academia, empezó a relajarse y, claro, empezó a mejorar. 


Eso nos puede pasar cuando empezamos un nuevo trabajo. Los primeros días vamos a estar más nerviosos; no conocemos a nuestros compañeros, no sabemos hacer bien el trabajo... No obstante, con el paso del tiempo vamos a ir soltándonos y sintiéndonos más relajados. 


Soltarse la melena 


Ahora continuamos con un ejemplo similar, pero en este caso, con una expresión. Se trata de soltarse la melena. Lo hemos escuchado aquí: “Susana, la más tímida del grupo, se soltó la melena y se subió a la tarima para bailar y darlo todo. Bailaba como si estuviera poseída”. 


Antes de ir a la definición de la expresión, quiero explicarte la palabra melena. La melena es el pelo que tiene una persona cuando tiene el pelo largo, especialmente, el pelo que está por detrás. 


Sabiendo esto, podemos decir que una persona se suelta la melena cuando hace algo atrevido, especialmente si no acostumbra a hacerlo. Esto sucede cuando una persona se desinhibe, pierde la vergüenza y hace algo atrevido que no suele hacer. 


Entonces, una persona que tiene el pelo recogido puede soltárselo, puede dejar de llevarlo recogido. Literalmente, se suelta la melena, pero como ves también puede tener un sentido metafórico, que es el uso de esta expresión. 


Hay que diferenciar entre soltarse y soltarse la melena. Aunque tienen usos similares, soltarse la melena va a emplearse en situaciones de atrevimiento, cuando una persona hace alguna “locura” que no hace habitualmente. En cambio, soltarse se emplea para referirse a estar más cómodo realizando alguna actividad nueva, especialmente cuando nos referimos a la habilidad que requiere esa actividad. 


No soltar prenda 


Dicho esto, pasamos a una nueva expresión. Volvemos a tener el verbo soltar en su uso transitivo, con un objeto directo. Se trata de la expresión no soltar prenda. Y la hemos visto aquí: «... le decían: “Cuéntanos cosas de anoche, ¿cómo fue tu aventura, Susana?”. Susana, aún con resaca, sueño y algo de timidez, no soltó prenda: “Chicos, no queráis saber demasiado, solo puedo deciros que fue y será siempre una noche inolvidable”». 


De esta forma, Susana se estaba manteniendo en silencio. En español decimos que una persona no suelta prenda si se niega a desvelar un secreto, si no quiere desvelar cierta información. 


Veamos un ejemplo. Decides regalarle a un amigo un reloj, un reloj caro. Tu amigo piensa que es muy caro, que te has gastado demasiado dinero en él. Te pregunta por el precio, pero tú no quieres soltar prenda, no quieres decirle cuánto has pagado para que tu amigo no se sienta mal. 


Soltar una lagrimita 


Es posible que soltaras una lagrimita a la hora de pagar ese reloj tan caro, ¿no? Bien, pues esta es la última expresión del día. Se trata de soltar una lagrimita. Algo que hemos visto aquí: “Llegó el día de la despedida. Anita fue la primera en soltar una lagrimita. No fue la única. También lloraron Bernd, Susana y Natalia”. 


Ya sabes que una lágrima es la secreción que se vierte por los ojos por la emoción, irritación o algo similar, es ese líquido que sale por los ojos especialmente cuando estamos tristes. Pues lagrimita es el diminutivo de lágrima, claro. 


Este diminutivo se usa muy habitualmente en esta expresión: soltar una lagrimita. Se dice que una persona suelta una lagrimita cuando llora, especialmente en un momento emocionante, de felicidad o tristeza. 


En caso de que te hayas casado, en caso de que hayas celebrado tu boda, es posible que ese día soltaras una lagrimita por la emoción. O varias lagrimitas. 


Como curiosidad te diré que, en lugar de la palabra lagrimita, podemos usar la palabra sonrisita para formar una frase similar a la anterior. Diríamos soltar una sonrisita. Por ejemplo: Marcos soltó una sonrisita al ver a su pareja llegar a casa. 


Y ahora, antes de despedirnos, podemos revisar las cosas que hemos trabajado hoy. Se trata de: soltar, soltarse, soltarse la melena, no soltar prenda y, por último, soltar una lagrimita. 


Así que ahora, espero que no sueltes una lagrimita, espero que no llores, puesto que llega el momento de despedirnos. Con todo esto, llegamos al final del episodio.


samedi 15 octobre 2022

Cours de conversation en espagnol du 14 octobre

 Hoy Hablamos, episodio 1440. Expresiones que se llevan muy adentro.

Antes de empezar, hay que comentar una cosa. Este episodio va a estar centrado en el adverbio y nombre adentro, y no en su forma sin a, en la forma dentro. Adentro como adverbio con verbos de movimiento significa hacia la parte interior y, como estado o situación, significa en la parte interior. 

Además, vamos a tratar adentro casi todo el tiempo como un adverbio, menos  con la excepción de la expresión que analizaremos en último lugar: para mis adentros. Ahí, adentros, en plural, funciona como un nombre. 

De eso hablaremos dentro de un rato. Ahora, vamos a centrarnos en la historia que hemos preparado para ti. Se trata de una historia en la que podrás escuchar las cinco expresiones de hoy en contexto. Hoy, tenemos como protagonistas a Susana y Elena. A ver qué aventuras nos deparan estas hermanas. ¡Vamos allá! 

«Susana y Elena son dos hermanas vascas con una pasión: la música. A las dos les apasiona la música, especialmente el flamenco. Llevan el flamenco muy adentro, puesto que pasaron su infancia y adolescencia escuchando a artistas de la talla de Camarón de la Isla o Lola Flores. 

Susana y Elena disfrutan de este género musical tanto de manera pasiva, es decir, escuchando a estos grandes artistas, como de manera activa: cantando. Estas hermanas son, de puertas adentro, unas grandes cantaoras. Bueno, quizá me equivoque al decir “grandes”, tal vez debería decir “grande”, puesto que Susana es la única que canta bien; Elena canta peor que un grillo, por eso solo canta cuando está en la ducha y nadie la puede oír. 

Hace unos días, viendo la televisión, Elena le propuso a su hermana una cosa. Le propuso que se presentara a un concurso musical de televisión y, para su sorpresa, Susana aceptó la propuesta. Se trataba del programa La voz y Susana se enfrentaba a un jurado muy estricto. 

El día del concurso Susana estaba nerviosa y vestida de manera poco elegante y con un peinado aún menos elegante, y podía ver cómo algunos miembros del jurado y del público se reían para adentro. Bueno, no solo para adentro, también lo hacían de manera visible. “Esto no empieza bien”, se dijo a sí misma. Sin embargo, cuando Susana empezó a cantar la canción A tu vera, de Lola Flores, todos los allí presentes enmudecieron, se quedaron sin palabras. Su interpretación llegó muy adentro, emocionó al público.  Al mismo tiempo que recibía los aplausos, Susana se decía para sus adentros: “Mira, ahora nadie se ríe de mí, eh, seguid aplaudiendo a la nueva reina del flamenco”. Y así fue cómo esta joven vasca se alzó con la victoria del concurso».  

Bien, pues Susana no es real, no es famosa, pero sí lo es Susan Boyle. ¿Recuerdas a la mujer británica que pasó por algo similar a lo que pasó Susana? Pues aquí podemos decir el famoso refrán: el que ríe el último, ríe mejor. Claro que sí. 

Dicho esto, ¿analizamos las cinco expresiones que emplean la palabra adentro en el texto? ¡Vamos allá! 

Llevar algo muy adentro

Empezamos con la expresión llevar algo muy adentro. La hemos oído en el siguiente fragmento: “Susana y Elena son dos hermanas vascas con una pasión: la música. A las dos les apasiona la música, especialmente el flamenco. Llevan el flamenco muy adentro, puesto que pasaron su infancia y adolescencia escuchando a artistas de la talla de Camarón de la Isla o Lola Flores”. 

Entonces, ¿qué significa que estas hermanas llevan el flamenco muy adentro? Pues significa que tienen un sentimiento muy profundo e intenso hacia la música de este género. Se dice que alguien lleva algo muy adentro cuando tiene una habilidad o un sentimiento muy en el interior, en el corazón. 

En ocasiones, este sentimiento está muy adentro porque se ha pasado de generación en generación. Imagínate que tus padres son muy viajeros. Desde pequeño siempre has visto cómo tus padres viajaban de un lado a otro. Amaban viajar. Y, claro, a ti también te llevaban a esos viajes. Entonces, es posible que tú también lleves muy adentro ese amor por los viajes. 

Además, si eres un loco del español, si te encanta el español y sientes un gran amor por este idioma, podrás decir que llevas el español muy adentro, es decir, que lo llevas en el corazón y es algo muy arraigado e importante en tu vida. 

De puertas adentro

Dejamos el romanticismo a un lado para pasar a la segunda expresión de hoy. La hemos oído aquí: “Susana y Elena disfrutan de este género musical tanto de manera pasiva, es decir, escuchando a estos grandes artistas, como de manera activa: cantando. Estas hermanas son, de puertas adentro, unas grandes cantaoras”. 

Estas hermanas cantan de puertas para adentro. Bien, ¿esto significa que cantan con la puerta cerrada? No exactamente. Y es que se dice que una persona hace algo de puertas para adentro o de puertas adentro cuando lo hace en la intimidad, en lo privado. A las hermanas les encanta cantar flamenco, por eso en la intimidad o en su vida privada son grandes cantaoras, sin embargo, no cantan de forma pública.

Veamos algún ejemplo más. Piensa ahora en una manía de la que te avergüences. Imagínate que te gusta meterte los dedos en la nariz. Está bien, con tu cuerpo puedes hacer lo que quieras, pero eso es mejor que lo hagas de puertas para adentro, es decir, en tu casa y sin que nadie te vea, porque si te ven  metiéndote los dedos en la nariz públicamente es probable que te juzguen.

Reírse para adentro

No sí ahora te estás tocando la nariz, lo que sí sé es que ya pasamos a la tercera expresión que hemos empleado en nuestra historia: reírse para adentro. La hemos oído aquí: “El día del concurso Susana estaba nerviosa y vestida de manera poco elegante y con un peinado aún menos elegante, y podía ver cómo algunos miembros del jurado y del público se reían para adentro. Bueno, no solo para adentro, también lo hacían de manera visible”. 

Esta frase es un poco literal, o sea, podemos imaginarnos fácilmente qué significa. Cuando una persona se ríe para adentro lo hace con disimulo.  

En ocasiones, quieres reírte a carcajadas, pero no siempre es posible. Entonces, reírse para adentro, sin que nadie te vea, solo en tu cabeza, puede ser la solución.

Por ejemplo, si una persona se cae al suelo y es una caída muy graciosa, te hace mucha gracia, pero no quieres que te vea riéndote de ella, quizá decidas reírte para adentro para no herir sus sentimientos.

Llegar muy adentro

Y llegamos a la penúltima expresión de hoy: llegar muy adentro. Antes te hablaba de llevar algo muy adentro, con el verbo llevar, ahora lo hacemos con el verbo llegar. Hemos oído esto justo aquí: “Cuando Susana empezó a cantar la canción A tu vera, de Lola Flores, todos los allí presentes enmudecieron, se quedaron sin palabras. Su interpretación llegó muy adentro, emocionó al público”. 

Susaan llegó muy adentro. Adentro, ¿de dónde? ¿De quién? Pues te resuelvo la duda ahora mismo. Se utiliza la frase llegar muy adentro con un significado de emocionar, impresionar, tocarle el corazón a alguien. Con su interpretación, Susana llegó muy adentro de los que la escuchaban, les tocó el corazón, les emocionó. 

Entonces, en tu próximo cumpleaños, en caso de que alguien te dedique unas palabras muy emotivas, podrás decirle: “Qué palabras tan bonitas me has dicho, me han llegado muy adentro. ¡Te quiero, amigo!”. 

Para mis adentros

Pero bueno, en caso de que no quieras decirle algo tan personal a esa persona, podrás quedarte callado y guardarte esas palabras para tus adentros. Y así te presento nuestra última frase del día: para mis adentros. Una expresión que hemos oído aquí: “Al mismo tiempo que recibía los aplausos, Susana se decía para sus adentros: “Mira, ahora nadie se ríe de mí, eh, seguid aplaudiendo a la nueva reina del flamenco”.

El diccionario de la Real Academia Española describe el nombre adentros como lo interior del ánimo. Ánimo puede ser varias cosas, así que nosotros te damos una definición más sencilla. Decimos la frase para mis adentros cuando pensamos algo y no queremos exteriorizarlo, queremos que se quede dentro de nosotros. 

Entonces, tu amigo hace algo que no te gusta y no sabes cómo decírselo o, simplemente, no quieres decírselo, entonces te estarás guardando eso para tus adentros, para lo más interno de tu ser. 

Bueno, pues estas han sido las cinco frases del día. Con esto estamos llegando al final del episodio. Antes de acabar te las recuerdo. Hemos hablado de estas cinco: llevar algo muy adentro, de puertas adentro, reírse para adentro, llegar muy adentro y, por último, para mis adentros. 

samedi 8 octobre 2022

Cours de conversation en espagnol du 7 octobre 2022

 1435. La Universidad de Salamanca

Hoy vamos a hablar de la universidad en activo más antigua de España, una universidad con más de 800 años de historia.


Hoy hablamos de la Universidad de Salamanca.

Hay algo que me pasa cuando visito lugares históricos. Cuando llego a esos lugares, cuando piso esos suelos y me rodean esas paredes, un peso cargado de historia se me posa en los hombros. Sé que puede sonar un poco raro o exagerado, pero de repente me siento muy pequeño, y me produce una especie de vértigo. Porque en ese momento, viendo, pisando, tocando, sintiendo lugares que llevan en pie muchos años, me produce vértigo pensar en todo lo que han vivido y la gente que ha estado exactamente en el mismo sitio que yo. Y entonces, como si de una película se tratara, mi mente se traslada a muchos años atrás, a otros momentos de la historia en los que ese monumento que estoy visitando no era un monumento, sino que era el sitio en el que la gente de esa época hacía su vida. Si, por ejemplo, visito un templo griego, me imagino cómo era cuando la gente de esa época acudía al templo, cómo se encontraban con sus conocidos y cómo hablaban de sus vidas con ese templo como testigo. O cuándo visité el coliseo romano, me imaginaba las luchas de gladiadores y el público gritando.


Del mismo modo, cuando en esos lugares han vivido o han estado personas a las que admiro o personas que me parecen interesantes, me emociona pensar que ambos hemos estado en un mismo sitio, hemos respirado el mismo aire, bueno, no el mismo exactamente pero ya me entendéis y también hemos pisado el mismo suelo. Y no, no estoy utilizando este podcast como un diario personal ni como sesión de psicoanálisis, te cuento esto por una razón. Y la razón es porque en el episodio de hoy vamos a hablar de una institución, que cuando entras en ella, en sus edificios, de repente, sientes el peso de la historia en el aire. Esta institución es la universidad que tiene el honor de ser la más antigua de España, la Universidad de Salamanca. 


Vamos a hacer un viaje al pasado y vamos a irnos a la Edad Media. Hoy en día, todo el mundo tiene derecho y acceso a una educación básica gratuita y pública en nuestro país. Pero en la Edad Media la educación era un lujo. La mayoría de la población era analfabeta, era una población agraria y rural que lo único que hacían era trabajar. La cultura no estaba al alcance del populacho, y a los poderes de esa época les venía muy bien, claro. La población que no está preparada es más fácil de dominar. En aquella época solo había un sector de la población que realmente era culta, estudiaba y estaba muy preparada, el clero. 


Dicho esto, nos vamos concretamente al año 1218, año en que la Península Ibérica es un hervidero de batallas entre reinos para quedarse con el control de la misma, y sobre todo entre sur y norte, al sur los musulmanes, y al norte los cristianos. Pues en medio de todas estas batallas, vamos a destacar la figura de Alfonso IX de León, el rey de León. Este rey decide en ese año fundar en la ciudad de Salamanca el Estudio General de Salamanca, bajo el nombre de Studii Salmantini. Emulando así al Estudio General de Palencia, que fue la primera institución educativa de estudios superiores que hubo en España y que se creó gracias a su sobrino Alfonso VIII de Castilla en el año 1208. 


¿Por qué en Salamanca? Parece ser que por varias razones. Una razón puede ser que hay constancia de que ya en el siglo XII en esta ciudad existieron unas escuelas catedralicias, que eran unas escuelas episcopales que se creaban alrededor de las bibliotecas de las catedrales. Otra razón es que Salamanca estaba en una posición estratégica y contaba con las infraestructuras para acoger estudiantes. Y puede ser que hubiera un componente más humano, y era para evitar que las personas del reino de León tuvieran que irse a Castilla a estudiar en la de Palencia. Sea como sea, en el año 1218 se crea esta institución. 


Y esto que, a lo mejor, nos parece una cosa banal vista desde nuestros ojos, vista desde la actualidad, en realidad fue un elemento crucial para la historia, de hecho, cambió la historia. ¿Por qué? Porque de repente los estudios superiores, la educación, en cierta manera, se democratizaron a un público mayor, no solo al clero. Permitió que otros sectores de la población accedieran a estudios, que a su vez les hicieron ascender socialmente, de hecho, la mayoría de los trabajadores de la administración del reino salían de sus aulas. 


Entonces llega la figura de Alfonso X El Sabio, sin el que la cultura actual de nuestro país no habría existido. Y en el año 1252 permite a esta institución convertirse en universidad, cosa que la convierte en la primera de Europa en conseguir eso. Y en el año 1254 le da a la Universidad de Salamanca su propio estatuto, llamado La Carta Magna del Studium, y que sería su consagración definitiva. 


¿Qué se decía en este estatuto? Muchas cosas, entre ellas, se estableció que los alquileres fueran asequibles para los estudiantes, se instauraron las primeras cátedras, que serían Derecho Civil, Derecho Canónico, Artes y Física, se crearon distintos cargos como el de bibliotecario, se aseguró el aprovisionamiento de la ciudad y se fijó una dotación económica anual para la universidad procedente de la Hacienda Real. Como se crea el cargo de bibliotecario es obvio que se crea una biblioteca, cosa que no es moco de pavo, porque esta biblioteca de la Universidad de Salamanca se convierte en la primera biblioteca pública del Estado y la primera biblioteca universitaria de Europa. 


Una cosa muy importante para esta universidad es algo que pasa en el año 1255. En ese año el papa Alejandro IV le concede lo que se llamaba la bula Dignum Arbitramur, y con ella se le concede lo que se conoce como licentia ubique docendi, o lo que es lo mismo, el poder enseñar en cualquier lado. Es decir, que el título tiene validez universal, excepto en Bolonia y París. 


Hasta el siglo XIX el idioma en que impartían las clases era el latín, y las clases no eran como las conocemos hoy en día. Había tres modalidades de clases: comentarios analíticos de obras clave, clases magistrales y ejercicios dialécticos.


Una cosa característica de esta universidad era algo por lo que algunos hoy en día darían dinero que pasara, y es que en esta universidad no había exámenes, sino que al final del curso había solo un examen final para sacarse el título de bachiller, licenciado o doctor. Y este examen es una de las claves para entender una de las cosas más características que se pueden ver en la actual Universidad de Salamanca, los famosos vítores. 


Hay quien dice que son los primeros grafitis de la historia, porque lo cierto es que son unas pinturas que se pueden ver en las paredes de la universidad y que están ahí desde el siglo XIV. ¿Qué son? Era tradición que los futuros graduados pasaran la noche anterior al examen velando en la capilla de Santa Bárbara, que está dentro de la universidad, y ahí se celebraba también el examen. Si el estudiante en cuestión aprobaba el examen, había una gran fiesta que terminaba con una corrida de toros. La tradición decía que al terminar la corrida había que hacer la ‘pintada’ del vítor con el nombre del nuevo doctor, realizada con sangre de toro mezclada con aceite. 


La Universidad de Salamanca ha vivido momentos históricos y ha tenido entre sus estudiantes o profesores leyendas de nuestra cultura.  En su claustro se discutió la viabilidad del proyecto de Cristóbal Colón, se inventó el calendario gregoriano o salieron las mentes que darían la primera constitución española llamada “la Pepa”. A la Universidad de Salamanca llegó la primera imprenta de España, de mano de uno de sus profesores más famosos, Antonio de Nebrija, que en 1492 publicó la primera Gramática castellana, obra crucial para nuestro idioma. 


Ha habido otras muchas figuras relacionadas con esta universidad como fue el escritor Unamuno, que hasta fue rector de esta institución. Sin duda, uno de los grandes nombres relacionados con la universidad salmantina es Fray Luis de León. Fue poeta, humanista y religioso y era profesor en esta universidad. Tenía un gran éxito en aquella época como escritor, cosa que hizo que se le tuviera mucha envidia. Y en aquella época que te tuvieran envidia, depende de quién, podía ser un problema muy grave. Porque en aquellos años existía la Santa Inquisición, que era un tribunal creado por la iglesia católica y que pretendía luchar contra la herejía. Si te denunciaban, había un juicio, pero era terrible y la Inquisición se llevó por delante muchas vidas. El caso es que a Fray Luis de León lo acusaron de hereje, razón por la que estuvo separado de la docencia, porque estuvo juzgado y en prisión. Hay una historia que cuenta que al volver a las clases, cuatro años después, según cuenta la leyenda, con toda la tranquilidad del mundo empezó su clase diciendo: “Decíamos ayer…”, como si lo que había pasado esos años no hubiera existido. 


Así que cuando vayas a la Universidad de Salamanca y pasees por sus edificios, piensa que estás en una institución pionera, en una de las universidades más antiguas, las mentes más importantes de nuestro país pisaron ese suelo y más de 800 años te contemplan. No sé a ti, oyente, pero a mí eso me da vértigo y también me encanta.


samedi 1 octobre 2022

Cours de conversation en espagnol du 30 septembre

 Hoy Hablamos, episodio 1431. Expresiones de gallos y gallinas.


Hoy te presentamos expresiones que tienen como protagonista un ave: la gallina. Bueno, la gallina y también el gallo, el macho de la gallina. A partir de ahora sabrás que cuando alguien se pone gallo no se está poniendo un disfraz de un gallo, sino que se está comportando de una manera arrogante y violenta. Esto y mucho más vamos a practicar aquí. Coge lápiz y papel porque empezamos.

Hoy hablamos de expresiones de gallos y gallinas. 

En este nuevo episodio de expresiones nos vamos a centrar en un animal que nos despierta por las mañanas, el gallo; y en un animal que nos da los huevos necesarios para preparar una tortilla de patatas, la gallina. Hablamos de estas aves o, más bien, hablamos de algunas expresiones que contienen las palabras gallo o gallina. Y, ¿cómo vamos a ver estas expresiones? Pues como solemos hacerlo siempre, con una historia. 

Los protagonistas de nuestra historia son Marta y Dani. Marta y Dani están tan tranquilos pasando la noche cuando algo sucede, algo que les hará pasar mucho miedo. ¡Vamos allá! 

«Marta y Dani estaban en un club disfrutando de unas cervezas y jugando a algo que les apasiona: el billar. Marta iba ganando y Dani tenía la intención de remontar la partida. No sería fácil, puesto que Marta era conocida en el pueblo como “La invencible”. Llegó su turno y Dani estaba preparado para darle a la bola cuando, por accidente, le dio un golpe con el palo al hombre que había detrás. Dani se disculpó, pero el señor no aceptó las disculpas y le dijo que le había golpeado a propósito. En ese momento, el señor empezó a ponerse gallo e insultar a Dani. Las cosas empezaron a ponerse feas. Debido a que la situación iba poniéndose tensa, Dani le gritó: “Cuidadito conmigo, eh, que soy campeón de judo de mi pueblo”.

El hombre, lejos de asustarse, se quitó la camiseta y se quedó con el torso desnudo. Estaba preparado para la pelea. Dani, por el contrario, no estaba preparado para ese tipo de acción. Marta, una mujer muy pacífica, empezó a hablar con el hombre para intentar calmarlo. Le dijo: “Tranquilo, no pasa nada, no tienes que ponerte así de gallo. Con la violencia no conseguirás nada”. Marta se giró para hablar con su amigo y decirle que no hiciera caso a las provocaciones del señor, pero Dani ya no estaba.

Dani se había ido corriendo. En menos que canta un gallo, había cogido sus cosas y se había ido corriendo al aparcamiento para meterse en el coche. Tanto Marta como el hombre sin camiseta se rieron a carcajadas. Ya con la situación más tranquila, Marta se reunió con Dani y le dijo: “Amigo, estoy muy orgullosa de ti. No pienses que eres un gallina. Has hecho lo correcto. Recuerda, el cementerio está lleno de valientes”. Dani, temblando, le contestó: “Mira, Marta, no pienses que tengo miedo; en absoluto. Si tengo la piel de gallina es porque hace frío, no es por otro motivo. He salido corriendo porque en el club hacía mucho frío y he venido a coger la chaqueta que tenía en el coche. Además, me duele la mano porque el otro día me caí al suelo. No obstante, si no hubiera tenido frío y no me doliera la mano, otro gallo cantaría”. Marta, por su parte, sorprendida por la excusa de su amigo, volvió a reírse a carcajadas». 

¿Qué te ha parecido la excusa de Dani? Yo no me la creo. Sin embargo, he de decir que me parece una buena decisión. Dani hizo bien en correr. En una situación como la que vivió, correr puede ser una buena opción. No vale la pena pelearse con nadie por una tontería así. 

Dicho esto, ¿qué te parece que vayamos a practicar con las cinco expresiones de hoy? Todas ellas con los animales que protagonizan el episodio de hoy: gallinas y gallos. ¡Vamos allá! 

Ponerse gallo 

La primera expresión que hemos visto o, mejor dicho, escuchado ha sido: ponerse gallo. Ha sido aquí: “Dani se disculpó, pero el señor no aceptó las disculpas y le dijo que le había golpeado a propósito. En ese momento, el señor empezó a ponerse gallo e insultar a Dani. Las cosas empezaron a ponerse feas”. 

Vale, pues como decía hace un rato ponerse gallo no significa ponerse un disfraz de ese animal; es algo menos divertido. Y es que alguien que se pone gallo intenta imponerse a los demás mostrando una actitud agresiva y/o arrogante. Sin ir más lejos, ya sabemos que los gallos son un poco arrogantes. Si has tenido un gallo, sabrás que los gallos no son los animales más amigables del mundo. 

De esta manera, la próxima vez que estés en un atasco y el conductor de al lado se ponga a tocar el claxon y a gritarte, podrás decirle algo así: “¡Eh, no te pongas gallo, ten un poco de paciencia!”. O, mejor, no le digas nada, quizá sea mejor así, no queremos que ese conductor se ponga más gallo aún. 

En menos que canta un gallo 

Bien, pues dejamos la agresividad a un lado y vamos a pasar a la segunda expresión del día: en menos que canta un gallo. Una frase que hemos escuchado aquí: “Marta se giró para hablar con su amigo y decirle que no hiciera caso a las provocaciones del señor, pero Dani ya no estaba. Dani se había ido corriendo. En menos que canta un gallo, había cogido sus cosas y se había ido corriendo al aparcamiento para meterse en el coche”. 

¿Qué significa eso de en menos que canta un gallo? Pues te lo voy a decir en menos que canta un gallo, es decir, te lo voy a decir rápidamente. Y es que esta expresión significa en un momento, en un instante, rápidamente. 

Dani se fue a su coche corriendo, rápidamente, ni siquiera su amiga Marta se dio cuenta de cómo se iba, puesto que lo hizo como un rayo, en un instante. 

Entonces, en caso de que un día estés en la oficina y un cliente te requiera una información por teléfono, podrás responderle: “Genial, en menos que canta un gallo le envío esa información por correo electrónico, Señora González”. 

Ser un gallina 

Vamos con la tercera expresión del día y, en este caso, con el consejo que Marta le dio a su amigo, un consejo de vida: «Marta se reunió con Dani y le dijo: “Amigo, estoy muy orgullosa de ti. No pienses que eres un gallina. Has hecho lo correcto. Recuerda, el cementerio está lleno de valientes”». 

Claro que sí, muy bien, Dani, en estas situaciones lo mejor es correr. Entonces, siguiendo este ejemplo, podemos decir que alguien es un gallina cuando es un cobarde.

Lo interesante de aquí es que se emplea el artículo un y no una. Y ya sabes que gallina es una palabra femenina. No pasa nada, si hablamos de un hombre, vamos a utilizar esta expresión con el artículo en su forma masculina. Y esta expresión la podemos utilizar tanto para hombres como para mujeres, ambos podemos ser gallinas. 

Piel de gallina 

Llegamos ya a nuestra cuarta expresión, en este caso, continuamos con la gallina. Tenemos la frase: piel de gallina. Una frase que hemos visto en este fragmento, cuando Dani le dijo a Marta: “Mira, Marta, no pienses que tengo miedo; en absoluto. Si tengo la piel de gallina es porque hace frío, no es por otro motivo. He salido corriendo porque en el club hacía mucho frío y he venido a coger la chaqueta que tenía en el coche”. 

Bueno, la realidad es que Dani aparte de tener algo de frío, tenía miedo. Y es normal, yo también lo tendría en esa situación. No es agradable que una persona quiera darte una paliza teniendo un palo de billar en la mano. 

Centrándonos en la expresión, podemos decir que una persona tiene la piel de gallina cuando su piel tiene el aspecto de la piel de una gallina a causa del frío o del miedo. Aunque también puede ser por otro motivo, ya sea por algo que te cause impacto, te emocione o similar. 

Normalmente la piel de gallina la podemos notar o ver en los brazos. Quizá también por el cuello, pero principalmente por los brazos. Es una sensación curiosa, ¿verdad? 

Otro gallo cantaría 

Y, por último, volvemos al gallo. Volvemos a este animal para analizar la expresión: otro gallo cantaría. Esto es lo que dijo Dani: “me duele la mano porque el otro día me caí al suelo. No obstante, si no hubiera tenido frío y no me doliera la mano, otro gallo cantaría”. 

Ahora sí que vemos cómo Dani se pone gallo, eh. Se pone gallo cuando está protegido dentro del coche... ¡Qué listo es! 

Yéndonos al significado de la expresión, podemos decir que utilizamos otro gallo cantaría para decir que si algo se hubiese hecho de otra manera, el resultado sería diferente, es decir, se va a usar para hablar de una hipótesis, una hipótesis que por lo general va a ser favorable. 

Vamos a encontrar esta expresión en un montón de oraciones condicionales. Un ejemplo muy claro, si alguien pierde en algún juego porque tuvo mala suerte, puede decir que si no hubiera tenido tan mala suerte, otro gallo cantaría. 

Pues nada, esta era la última expresión del día de hoy. Podemos decir que ya eres un experto en expresiones de gallos y gallinas. ¿Cómo te sientes? Bueno, pues ya podemos ir haciendo la revisión de las cinco frases, puesto que estamos llegando al final del episodio. Hemos hablado de estas cinco: ponerse gallo, en menos que canta un gallo, ser un gallina, piel de gallina, otro gallo cantaría.