dimanche 29 juin 2025

Cours de conversation en espagnol du 27 juin

 ¡ La temporada se termino felices vacaciones !







Cours de conversation en espagnol du 20 juin

 2070. Expresiones con «perder»


Hoy hablamos de expresiones con “perder”.

Para poner en práctica estas expresiones vamos a seguir la historia de Ramón. Ramón reúne a sus dos hijos en el salón de casa para contarles una historia que le sucedió unos años antes, cuando tenía planeado ir de viaje a Japón. Vamos a ver en qué consiste. 

«Paula, Eduardo, voy a contaros algo que me pasó hace quince años, cuando vosotros todavía no habíais nacido. Resulta que junto con mis mejores amigos, Natalia y Toni, nos disponíamos a ir de vacaciones a Japón. Llevábamos muchos años hablando de ese viaje, por lo que teníamos unas ganas enormes de visitar el país nipón. Todo iba bien hasta que llegamos a la puerta de embarque. Allí, un trabajador de la aerolínea me dijo que mi maleta de mano era demasiado grande y debía pagar un dinero extra. Aunque sabía que yo llevaba las de perder, dije que no, que cumplía con los requisitos de tamaño, así que me negué a aceptar sus indicaciones. Poco a poco, la amigable conversación se fue convirtiendo en una gran discusión, perdí los papeles y empecé a sacar ropa de la maleta con el objetivo de ponérmela y así evitar el pago. Parecía una cebolla, tenía varias capas de ropa y pensaba que me iba a morir de calor. Natalia y Toni no paraban de decirme que debía pagar y olvidarme de mis tonterías, pero me negué a hacerlo. Mmm…, he perdido el hilo, ¿qué os estaba contando, hijos? Ah, sí, que parecía una cebolla con tantas capas de ropa. Bien, pues volví a la puerta de embarque y el trabajador me repitió lo mismo. Me dijo que no era una cuestión de la cantidad de ropa que llevaba, sino que la maleta superaba el tamaño permitido por la aerolínea. De nuevo, me puse un poco nervioso y los trabajadores amenazaron con no dejarme subir al avión. Finalmente, acepté pagar; no quería perder la oportunidad de viajar a Japón, claro; el buen sushi y el parque Ghibli me esperaban. El problema llegó cuando me di cuenta de que no tenía la cartera. Debido a la confusión, perdí de vista la mochila y alguien aprovechó para robarme la cartera. Por desgracia, ahí tenía el DNI y la tarjeta de embarque, por lo que los trabajadores no me dejaron subir al avión. Como podéis imaginaros, mis amigos se fueron a Japón sin mí. Y no los culpo, porque yo habría hecho lo mismo. Fue un momento horrible. A pesar de la cancelación de mi viaje, disfruté de un buen sushi y una buena película de los estudios Ghibli. En mi casa, claro. Eché a perder mis vacaciones, pero aprendí una buena lección: a cada cerdo le llega su San Martín. Tuve un comportamiento inadecuado, así que el karma me llegó instantáneamente».

Podemos ver que Ramón aprendió la lección. Se quedó sin viaje, pero con una buena historia que contarles a sus hijos. De esta forma, vamos a hablar de las cinco expresiones con el verbo perder usadas en nuestra historia de hoy. ¡Vamos a por ellas! 

Llevar las de perder 

Empezamos con llevar las de perder. Esto les dijo Ramón a sus hijos: “un trabajador de la aerolínea me dijo que mi maleta de mano era demasiado grande y debía pagar un dinero extra. Aunque sabía que yo llevaba las de perder, dije que no, que cumplía con los requisitos de tamaño, así que me negué a aceptar sus indicaciones”. 

Ramón llevaba las de perder. ¿Qué queremos decir con esto? Pues queremos decir que Ramón estaba en una mala posición, estaba en desventaja, en la peor posición posible. 

Está claro que si un trabajador de la aerolínea te dice que tu equipaje no se ajusta a su política de equipaje, tienes que pagar, no tienes tiempo para quejarte o llamar a un abogado. Es lo que hay. 

Se me ocurre otra situación en la que usar llevar las de perder. Imagínate que tu equipo va perdiendo por cuatro goles a cero y tan solo quedan diez minutos para acabar el partido. Oye, los milagros existen, pero es casi imposible remontar cuatro goles en menos de diez minutos. Ahí, tu equipo llevará las de perder. 

Perder los papeles

Continuamos con la expresión perder los papeles, que la hemos usado justo aquí: “poco a poco, la amigable conversación se fue convirtiendo en una gran discusión, perdí los papeles y empecé a sacar ropa de la maleta con el objetivo de ponérmela y así evitar el pago”.

Ramón perdió los papeles, lo que significa que Ramón perdió el control. Se dice que una persona pierde los papeles cuando pierde el control, normalmente por estar muy enfadado o nervioso. 

Por ejemplo, estás en la cola del supermercado. Llevas diez minutos esperando y, de repente, llega alguien con un carrito lleno de cosas que quiere saltarse la cola. Es posible que pierdas los papeles con él, le grites y le digas que es un sinvergüenza. Por el contrario, si ves que tiene unos músculos enormes o tiene pinta de ser una persona peligrosa, es posible que le digas: “adelante, pasa, pasa, no tengo prisa”. 

Perder el hilo

Bromas aparte, pasamos ya a la tercera expresión del día: perder el hilo. La hemos escuchado después de que Ramón se pusiera algunas prendas de la maleta: “parecía una cebolla, tenía varias capas de ropa y pensaba que me iba a morir de calor. Natalia y Toni no paraban de decirme que debía pagar y olvidarme de mis tonterías, pero me negué a hacerlo. Mmm…, he perdido el hilo, ¿qué os estaba contando, hijos?. Ah, sí, que parecía una cebolla con tantas capas de ropa”. 

Se dice que una persona pierde el hilo cuando se distrae y no entiende lo que le están explicando. También se usa cuando alguien olvida lo que estaba diciendo, como es el caso de Ramón. 

Es fácil pensar en la costura para buscar el origen de esta expresión. Si estás cosiendo y el hilo se sale de la aguja, entonces no puedes continuar con el trabajo que estás haciendo. Como siempre que hablamos del origen de las expresiones, hay muchas teorías, pero esta parece la explicación más sencilla. Si pierdes el hilo, no puedes seguir cosiendo, entonces, si pierdes el hilo de la conversación, no puedes seguir hablando. 

Perder de vista

Yo no quiero perder el hilo, porque aún quedan dos expresiones más por explicar. Una de ellas es perder de vista. La hemos escuchado aquí: “El problema llegó cuando me di cuenta de que no tenía la cartera. Debido a la confusión, perdí de vista la mochila y alguien aprovechó para robarme la cartera”. 

Esta expresión es sencilla, es muy literal. Si pierdes de vista algo, no vas a poder verlo, por lo que no vas a saber dónde se encuentra. De esta manera, pierdes de vista algo cuando dejas de vigilarlo. Puedes usarla para decir que no sabes dónde está algo o alguien o para decir que dejaste de vigilar algo.

Veamos un ejemplo. Dejas unas salchichas en la mesa, unas salchichas deliciosas que acabas de prepararte. Antes de comértelas, vas al cuarto de baño y las pierdes de vista durante unos segundos. Cuando vuelves, ya no están. ¿Qué ha pasado? Pues se las ha comido tu perro. En este caso dejaste de vigilarlas y tu perro aprovechó para comérselas. Y si tu perro no aparece para que no le eches la bronca, podemos decir que has perdido de vista a tu perro, no sabes dónde está.

Echar a perder 

Y así llegamos a la quinta y última expresión del día: echar a perder. Esto es lo que Ramón les dijo a sus hijos: “Eché a perder mis vacaciones, pero aprendí una buena lección: a cada cerdo le llega su San Martín. Tuve un comportamiento inadecuado, así que el karma me llegó instantáneamente”. 

Ramón echó a perder sus vacaciones, lo que significa que Ramón estropeó sus vacaciones. Se dice que una persona echa a perder algo cuando lo estropea o arruina. 

Se usa más en situaciones o planes. Por ejemplo, Miguel iba a ir a la montaña a caminar, pero la lluvia echó a perder ese plan y se quedó en casa viendo una película. Otro ejemplo: María iba a cerrar un importante acuerdo con un socio, pero un comentario desafortunado en el último momento echó a perder ese acuerdo. 

Y con este último ejemplo vamos a ir despidiéndonos. Eso sí, una cosa más. Te recomiendo que te hagas suscriptor premium de este podcast, así te podrás beneficiar de múltiples ventajas como la transcripción de los episodios o la posibilidad de practicar con actividades, entre otras cosas. Así que, ya lo sabes, búscanos en nuestra página web: hoyhablamos.com. Muchas gracias por escucharnos. Nos vemos en el episodio de mañana con más noticias en español. Pasa un buen día, ¡hasta mañana!

vendredi 13 juin 2025

Cours de conversation en espagnol du 13 Juin

Elena Gijón: "Sánchez solo saldrá de la Moncloa si los socios que le sostienen le dejan caer"





Camera Café - A lo mejor



2061. Expresiones con «gracia»


Muy buenas, querido oyente, ¿qué tal estás? Espero que estés bien. Hoy me siento más gracioso de lo habitual, por eso, déjame que te cuente este breve chiste de un paciente con su doctor. El paciente le dice: “doctor, tengo el pecho cubierto de pelo, ¿qué padezco? Y el doctor le responde: “Parece un osito”. Vale, sé que es un chiste un poco malo, pero tiene un poco de gracia, ¿no? 

Pues precisamente de esa palabra queremos hablar hoy. Hoy tenemos expresiones con la palabra gracia. Por cierto, por si estás perdido, la gracia del chiste es la confusión entre los verbos padecer y parecer. Padecer tiene como sinónimo el verbo sufrir. El chiste consiste en pronunciar parecer de esa forma un poco rara, como si tuviéramos un acento muy peculiar. “Parece un osito”

Como decía, hoy tenemos cinco expresiones con la palabra gracia y son las siguientes: caerle en gracia a alguien, ser agraciado, tener / hacer gracia, reírle la gracia a alguien y, por último, pasarse de gracioso. 

Hoy hablamos de expresiones con “gracia”.

Para poner en práctica estas expresiones vamos a seguir la historia de Hugo. Hugo es un joven de Tarragona que perdió su trabajo y, por suerte, muy pronto pudo volver a encontrar otro en una empresa de productos de limpieza. Vamos a ver de qué trata esta historia. 

«Hugo, un joven catalán de veintiocho años, llegó puntual a la oficina en su primer día de trabajo. De hecho, llegó a la oficina treinta minutos antes de la hora prevista, ya que quería caerle en gracia a su nueva jefa. Acababa de ser contratado en una empresa que vendía productos de limpieza, por lo que quería causar una gran impresión a sus superiores y a sus nuevos compañeros de trabajo. Y así fue. Durante la primera semana todo salió de maravilla. Hugo era un hombre agraciado, su presencia se hacía notar, no solo por su belleza y músculos, sino también por su sentido del humor. Su ídolo era Michael Scott, de la serie “The Office”, por lo que cada vez que tenía la oportunidad intentaba gastar bromas, contar chistes o hacer algunos comentarios para alegrarles el día a sus compañeros. Por ejemplo, un día llegó disfrazado a la oficina de Spiderman. Otro día puso un cartel en la fotocopiadora que decía que funcionaba por voz y había que pedir las cosas muy amablemente. En general, esas bromas tenían gracia, a los compañeros les hacían gracia esas cosas. Sin embargo, poco a poco algunos empezaron a cansarse de la actitud de Hugo. En una ocasión, este decidió cambiarle el idioma al ordenador de algunos compañeros, con todo el caos y la pérdida de tiempo que dicho cambio supuso para ellos, puesto que el idioma elegido fue el chino. Sí, sí, Hugo no eligió el italiano o el portugués, dos idiomas similares, sino que eligió el chino. Hugo no tenía límites. Pensaba que lo que era divertido para él, también era divertido para el resto y, desafortunadamente, no era así. Una tarde de viernes, dos horas antes de acabar el trabajo, tomó la decisión de llamar a una pizzería y pedir veinte pizzas para que las llevaran a la oficina. Evidentemente, tenía la idea de que la empresa se hiciera cargo de la cuenta. Todos los compañeros se pusieron muy contentos al ver las pizzas. Todos menos la jefa. En esta ocasión, la jefa no le rio la gracia. No le gustó que Hugo hubiera pedido todas esas pizzas sin pedirle permiso y, como era de esperar, esa acción tuvo consecuencias para nuestro protagonista. Fue la gota que colmó el vaso. Este y los últimos comportamientos le costaron el despido a Hugo. La jefa le dijo que últimamente se había pasado de gracioso, por lo que no le quedaba otra opción que despedirlo y desearle suerte para el futuro».  

Bien, pues con este triste final para nuestro protagonista vamos a analizar las cinco expresiones usadas en esta historia, todas ellas con la palabra gracia. ¡Vamos a por ellas! 

Caerle en gracia a alguien

Empezamos con caerle en gracia a alguien. Esta frase la hemos oído con la buena acción que Hugo quería hacer en su primer día: “llegó a la oficina treinta minutos antes de la hora prevista, ya que quería caerle en gracia a su nueva jefa”.

Como puedes imaginarte, Hugo quería causar una buena impresión en su primer día. Y ahí encontramos el significado de esta expresión. Se dice que una persona le cae en gracia a otra cuando le cae bien, cuando le gusta o agrada. 

De esta manera, en caso de que te guste mucho Penélope Cruz, podrás decir que te cae en gracia Penélope Cruz. Otro ejemplo. Imagínate que tu nueva pareja quiere presentarte a sus padres. En caso de que tus suegros te caigan bien, podrás decir que tus suegros te han caído en gracia. Esto no es algo que le ocurra a todo el mundo, pero a veces pasa. En mi caso mis suegros me caen en gracia, me caen bien. 

Ser agraciado 

Pasamos ahora a la segunda frase con gracia, mejor dicho, con su adjetivo agraciado, lo que era Hugo. Vamos a oír el momento en que se usa agraciado: “Durante la primera semana todo salió de maravilla. Hugo era un hombre agraciado, su presencia se hacía notar, no solo por su belleza y músculos, sino también por su sentido del humor.”. 

Como puedes imaginarte, decimos que alguien es agraciado si es atractivo, guapo. Eso sí, esta palabra también la podemos relacionar con la suerte, puesto que también significa ser afortunado. 

Así pues, lo maravilloso sería ser agraciado de las dos maneras, ¿no crees? Sería genial tener mucha suerte y ser muy guapo. Bueno, yo tengo las dos cosas, así que sé qué se siente… Al menos, es lo que dice mi madre. 

Bromas aparte, si juegas a la lotería y ganas un gran premio, te podrán llamar de esta manera: agraciado. Y si ganaste el premio de la genética y eres muy guapo, pues también eres agraciado o agraciada.

Tener / hacer gracia

Pasemos ahora a la tercera expresión del día: tener gracia. La hemos oído justo aquí: “Un día llegó disfrazado a la oficina de Spiderman. Otro día puso un cartel en la fotocopiadora que decía que funcionaba por voz y había que pedir las cosas muy amablemente. En general, esas bromas tenían gracia, a los compañeros les hacían gracia esas cosas. Sin embargo, poco a poco algunos empezaron a cansarse de la actitud de Hugo”. 

Te habrás dado cuenta de que no solo hemos usado tener gracia, sino también hacer gracia, y es que tienen el mismo significado. Algo que tiene gracia o algo que te hace gracia es divertido, gracioso, chistoso. 

Si te pones a ver una película de comedia y te ríes como un niño pequeño, puedes decir que esa película tiene gracia, es decir, que esa película te hace gracia. 

Algo interesante que podemos comentar es que estas frases también son usadas con un sentido irónico, para hablar de algo chocante, molesto o irritante. Por ejemplo, imagínate que has dedicado mucho tiempo y esfuerzo a un proyecto en tu trabajo y un compañero se lleva todo el mérito, un compañero dice que lo hizo casi todo él solo. Podrás decir algo así: “tiene gracia que yo he hecho casi todo el trabajo y ahora Carlos dice que el proyecto lo hizo él, tiene gracia la cosa”.

Reírle la gracia a alguien 

Vamos a por la cuarta expresión de la historia: reírle la gracia a alguien. Hugo pidió pizzas sin avisar a la empresa, algo que les hizo gracia a sus compañeros, pero no tanto a la jefa. Vamos a escuchar ese fragmento: “Todos los compañeros se pusieron muy contentos al ver las pizzas. Todos menos la jefa. En esta ocasión, la jefa no le rio la gracia. No le gustó que Hugo hubiera pedido todas esas pizzas sin pedirle permiso”. 

¿A qué nos referimos con la frase reírle la gracia a alguien? Esa frase se usa para hablar de una persona que celebra o acepta algo malo que ha hecho otra persona, alguien que aplaude o se ríe cuando otra persona hace algo malo. Hugo hizo algo malo y sus compañeros le rieron la gracia. Pero su jefa no, no le rió la gracia, a ella le pareció mal.

Esta frase puede usarse mucho entre adolescentes. Por ejemplo, en el instituto siempre había en clase algún chico que intentaba ser muy chistoso o burlón. Por supuesto, era ahí cuando aparecía la figura del profesor diciendo: “chicos, no le riáis la gracia a Pepito, porque si seguís haciéndolo, nunca va a dejar de molestar”. 

Pasarse de gracioso

Algunas veces Pepito se pasaba de gracioso, ¿no crees? Pepito, María, Manolo o quien fuera. Qué paciencia tenían algunos de nuestros profesores. 

Bien, pues precisamente hablamos ahora de la frase pasarse de gracioso. La hemos oído justo aquí: “Este y los últimos comportamientos le costaron el despido a Hugo. La jefa le dijo que últimamente se había pasado de gracioso, por lo que no le quedaba otra opción que despedirlo y desearle suerte para el futuro”. 

Alguien que se pasa de gracioso es alguien que intenta ser divertido pero se excede, porque hace o dice algo molesto, algo fuera de lugar. Quien se pasa de gracioso va a superar ciertos límites y, claro, va a crear molestia o enfado en el resto de personas. 

Y con esta expresión nos despedimos. Te recomiendo que te hagas suscriptor premium de este podcast, así podrás escuchar el catálogo completo, con cientos de episodios como este donde explicamos expresiones muy comunes. También podrás ver la transcripción de los episodios y practicar con actividades. Búscanos en nuestra página web: hoyhablamos.com. Muchas gracias por escucharnos. Nos vemos en el episodio de mañana con más noticias en español. Pasa un buen día, ¡hasta mañana!


El plural expresivo


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lundi 9 juin 2025

Cours de conversation en espagnol du 6 Juin

Hoy Hablamos Premium, episodio 297. Nuestro viaje a Vietnam, con Rebe.


Roi: [00:00:18] Hola, Rebe. ¿Qué tal?

Rebe: [00:00:19] Hola, Roi. Muy bien. ¿Y tú, qué tal?

Roi: [00:00:21] Pues, yo muy bien también. ¿Qué te voy a decir? Si estoy aquí hablando contigo, vamos a hablar de un viaje que hemos hecho recientemente. ¿Cómo voy a estar?

Rebe: [00:00:30] Bueno, depende del episodio en concreto. En este vamos a hablar de cosas no muy buenas que nos pasaron en el viaje, así que, puedes estar también un poco decepcionado o defraudado con el viaje.

Roi: [00:00:46] Pues no, porque creo que precisamente esos problemas, esas cosas malas o esos imprevistos que ocurren durante el viaje, es lo que hace que el viaje sea un poco especial. No sé, no sé qué opinas tú, pero yo creo que si no ocurre nada malo… a ver, que también hay viajes muy buenos en los que no ocurre nada malo ni hay ningún imprevisto, y también me lo paso genial. Pero cuando hay algún imprevisto, al final no es algo malo, porque, oye, es una anécdota más y te ríes cuando piensas en ese problema que tuviste, si no fue algo muy malo, claro.

Rebe: [00:01:19] Exactamente, eso te iba a decir, que depende de qué te pasa en el viaje, por supuesto. Si te pasa algo terrible, un accidente, alguna lesión grave, no va a ser una anécdota graciosa que contar. En este caso, son pequeñitas historias, que en el momento tampoco nos hicieron gracia. En el momento, a mí personalmente, gracia ninguna, pero que ahora puedes contar a tus amigos y echarte unas risas. Entonces, en el episodio de hoy vamos a hacer algo parecido al episodio de la semana pasada, pero con nuestro siguiente destino. La semana pasada hablamos de nuestro viaje a Filipinas y en este vamos a centrarnos en nuestro viaje a Vietnam.

Roi: [00:01:58] Perfecto. Y para quien no haya escuchado el episodio anterior, tened en cuenta que cuando hablamos de este viaje y del anterior viaje, nos vamos a centrar en esas anécdotas curiosas, divertidas o frustrantes en ese momento, y no vamos a hablar tanto del viaje en sí. No vamos a hablar como si esto fuera el típico blog de viajes donde se habla de toda la ruta, lo que hicimos, lo que nos gustó, lo que no. Entonces, tened eso en cuenta, porque va a haber detalles de nuestro viaje que no vamos a comentar, porque, bueno, es el enfoque que queremos darle.

Rebe: [00:02:31] Pues sí, vamos a centrarnos en estas historietas y no tanto en lo que vimos o qué hay que ver en esos sitios. Entonces, para empezar, Roi, volamos de Manila, la capital de Filipinas, a Hanói, la capital de Vietnam.

Roi: [00:02:46] Así es. Llegamos a Hanói, ¿y qué podemos comentar de Hanói? Bueno, creo que la primera cosa que nos llamó la atención de esta ciudad, es que es una ciudad muy caótica. Hay motos por todos lados, hay coches, aunque dicen que no es la más caótica de Vietnam. Nos dijeron que Saigón, en el sur, era mucho más caótica, pero bueno, a nosotros nos pareció muy caótica.

Rebe: [00:03:08] Caótica en el sentido sobre todo del tráfico, porque cuando tú estás acostumbrado a un país europeo, por ejemplo, como es nuestro caso, hay muchas normas de tráfico, muchas regulaciones, y claro, en estos países todo funciona de una forma diferente. Tú, por ejemplo, llegas allí y quieres cruzar la calle, quieres ir de un lado al otro. Si tú vives en España, por ejemplo, vas a estar acostumbrado a cruzar por un paso de peatones, un paso de cebra, esperar a que el coche se detenga, que se va a detener siempre, y luego cruzas. En estos países no. En Vietnam, por ejemplo, tú tienes que cruzar, como nos dijo nuestro guía del free tour, con elegancia, tienes que cruzar despacio, como con autoridad, como creyéndotelo. Tú vas andando, despacio, tranquilo, y ya los coches o las motos te van esquivando, tú solo mantén la calma.

Roi: [00:04:01] Sí. No sé si estas instrucciones fueron buenas o malas. Sí que me pareció una forma interesante de explicarlo, pero bueno, hubo unas personas que dijeron: «Venga, cruzamos con elegancia». Porque escucharon al guía, y cruzaron, y casi tiene un accidente, porque claro, hay que cruzar con elegancia, pero con cuidado también, no a lo loco. Pero él se refería a que no hay que correr, porque puedes estar tentado a correr porque ves que una moto viene hacia ti y tienes miedo, pero eso es lo peor que puedes hacer. De hecho, tenemos una pequeña anécdota aquí, que no nos ocurrió en Hanói, nos ocurrió unas semanas después en otro sitio, pero, en un momento que estábamos cruzando, casi nos atropellan.

Rebe: [00:04:41] Casi te atropellan a ti, yo estaba manteniendo mi elegancia perfecta.

Roi: [00:04:47] Pero yo perdí la elegancia por un momento, porque estábamos un día cruzando y venían bastantes coches, era una carretera bastante concurrida, y yo veía que venía un coche hacia nosotros, que estaba adelantando a otro coche, veía que el coche estaba acelerando, y pensé: «El conductor de ese coche no está mirando hacia adelante, quizás está mirando el móvil». Porque había muchos conductores que se distraían mucho ahí en Vietnam con el móvil. Y pensé: «Nos va a atropellar». Entonces, no corrí, pero bueno, di unos cuantos pasos largos para avanzar.

Rebe: [00:05:19] Y lo que pasó entonces es que, del otro lado, por el otro carril, venía un coche en sentido contrario, en la otra dirección, que Roi no estaba mirando, que estuvo a muy, muy poquito de atropellar a Roi. Por suerte íbamos agarrados de la mano, en plan romántico, y pude sujetarte para que no te atropellase.

Roi: [00:05:39] Sí, sí, sí, sí, o sea, me faltó poco, a lo mejor hablamos de medio metro o algo así de distancia, y porque también el coche que estaba por el otro carril, frenó un poco. Y la verdad es que tuvimos suerte, así que, hoy hay podcast gracias al amor, quizá, porque como íbamos cruzando de la mano, pues tú me apretaste un poco y me tiraste para atrás como si fuera…

Rebe: [00:05:59] Un niño, como cuando una madre lleva a un niño de la mano para cruzar.

Roi: [00:06:04] Exacto. Entonces, eso me salvó, no sé si la vida, pero bueno, hubiera sido un atropello bastante feo, la verdad. Y bueno, esto de cruzar, pues fue una de las anécdotas que tenemos, entre otras muchas. Justo después de Hanói, nos fuimos hacia el norte de Vietnam, más al norte, y fuimos a Hà Giang o Hà Giang, como le llaman ellos, a hacer una ruta en moto que es muy, muy famosa. Es la ruta en moto más famosa de Vietnam, y quizá una de las rutas en moto más famosas del mundo, posiblemente, porque había un montón de gente, y cuando buscas cosas que hacer en Vietnam, es una de las cosas que todo el mundo recomienda.

Rebe: [00:06:42] De hecho, si buscas vídeos de esta ruta, puedes ver imágenes que parece eso un desfile de motos, porque van muchísimas motos. Por suerte, cuando fuimos nosotros, no era una temporada alta, entonces no había tantísimas, pero sí que había muchas. ¿Y qué pasó? Que fue un viaje bastante accidentado. Hicimos cuatro días en moto, que al final, spoiler, se tuvieron que convertir en cinco días.

Roi: [00:07:10] Sí, por alguno de los imprevistos que tuvimos, tuvimos que alargar el viaje un día más. Entonces, para mí este viaje es el claro ejemplo de lo que ves en las redes sociales, lo que ves en Instagram, en TikTok o donde sea, y la realidad. Porque mientras hacíamos el viaje, Rebeca publicaba algunas fotos y tal, y quedaban muy bien las fotos, parecía idílico, pero luego, la realidad, Rebe, lo que había detrás de las cámaras, no fue tan idílico.

Rebe: [00:07:40] Bueno, pues, para empezar ya con esta historia, todo empezó ya, antes de arrancar. Aún no habíamos empezado el viaje en moto y ya tuvimos el primer problema. Y es que, llegamos en autobús a nuestro hotel para empezar al día siguiente la ruta, llegamos, fuimos a recepción, y Roi intentó alquilar la moto para el día siguiente. Muy convencidos íbamos, pensábamos que todo iba a salir perfecto.

Roi: [00:08:09] Claro, pensábamos que teníamos todos los papeles en regla. Porque para conducir una moto en Vietnam, necesitas el carné de conducir internacional. Y yo, precisamente, para tener eso, en enero de este año, o sea, un par de meses antes del viaje, me había apuntado a la autoescuela, me había sacado el carné de moto, que aún me costó bastante, o sea, estuve unos meses haciendo prácticas. Me presenté al examen teórico, luego el examen práctico, aún me llevó trabajo, la verdad es que fue reconfortante porque conseguí sacar el carné a la primera, pero bueno, me costó lo suyo, y fue un poquito estresante. Pero, ya tenía mi carné de moto, mi carné internacional de moto, que es válido en 190 países. Increíble, muy contento, pero resulta que en Vietnam no vale, y yo pensaba que sí. Entonces resulta que llevé un papel como el que lleva papel higiénico, o sea, no te sirve para nada.

Rebe: [00:09:03] Y claro, nosotros no sabíamos esto, así que cuando la chica de recepción nos intentaba explicar que el carné no era válido, nosotros intentábamos explicarle que sí, que por supuesto que sí, que era un carné internacional. Ella señalaba una fecha y nos decía que no era válido porque era de esa fecha, y Roi intentaba explicarle que esa fecha no era la fecha del carné, que Roi se había sacado el carné este año.

Roi: [00:09:28] Porque en el carné estaba en español casi todo, y ponía una fecha que ponía 1949. Y la chica me decía: «No, ese año no es correcto». Y yo pensaba: «A ver, claro, yo no lo saqué en 1949, lo saqué en el 2025». Pero al final la chica tenía razón, el que no estaba entendiendo era yo. Fíjate, yo pensaba que la chica, pues oye, no era muy lista, yo pensé: «Esta chica no se entera». Pero el que no se enteraba era yo, porque ese año era el año del convenio que regula el… bueno, la ley que regula ese carnet internacional, y resulta que en Vietnam solo valen los carnets internacionales del convenio del 69 o algo así, no sé, o el 68, bueno, de otro año. Entonces, es un tema político, un tema legal, por el tema de la guerra que hubo en Vietnam y todo esto, y al final, el carné de España, no vale allí. Entonces, ese fue el primer imprevisto. Así que, ¿qué es lo bueno de países así? Que pudimos solucionarlo pagando una especie de soborno a la policía, que… Fue algo un poco raro, pero bueno, resulta que en el hotel nos decían que no nos preocupásemos, que ellos podían negociar con la policía una multa y ya tenían como la cantidad de la multa prefijada. Entonces, decían que si te paraba la policía, te podían poner una multa de entre 50 y 100 euros o así, como que era un poco aproximado, pero si la negociabas con el hotel, ya era bastante barata la multa.

Rebe: [00:10:54] Entonces, puedes ir como con la multa prepagada ya, ya la pagas antes de arrancar. Lo cual, al final es muy rentable, porque puedes pensar: «Puedo arriesgarme, seguro que no me paran, si me paran, mala suerte, ¿no? Pagaré una vez». No, no, te van a parar fijo, porque cada muy poco tiempo había un control de policía ya pensado para parar a los turistas, que es posible que no tengan ese carné. De hecho, se fijan en quién va conduciendo, si es vietnamita o no, y si no eres vietnamita, como el caso de Roi, te van a parar fijísimo. Pero, como nosotros teníamos nuestra multa prepagada, teníamos una especie de librito que podíamos enseñar ya directamente según nos paraban, y ya te dejaban continuar. Así que, este pequeño imprevisto, pudimos solucionarlo bastante fácil.

Roi: [00:11:45] Que aún así, yo iba un poco preocupado, porque, claro, cuando tú conduces una moto y no tienes el carnet, no cumples la ley, primero te pueden multar, pero luego también puede ocurrir que tú tienes un accidente, y como no tienes el carné de moto válido en ese país, pues puedes tener un problema grave de verdad. Y yo que soy un tío que se preocupa mucho por esas cosas, pues iba un poco preocupado. Y además estaba el tema del seguro médico, porque tienes un accidente en moto, tienes que ir al hospital, y quizá no te cubre el seguro. Pero resulta que, estuve investigando sobre el seguro que teníamos contratado, porque yo había contratado un seguro, pues muy bueno realmente, o sea, había costado bastante dinero, había diferentes opciones, y dije: «Voy a comprar el seguro Premium Plus». O sea, compré el mejor seguro que ofrecía la agencia de seguros. Y resulta que ese seguro no cubría accidentes en moto de ningún tipo, solo motos muy pequeñitas, y la que conducíamos nosotros no la cubría.

Rebe: [00:12:40] Un poco indignados ese día cuando descubrimos esa letra pequeña, porque al final vas tranquilo pensando que tu seguro te va a cubrir todo, y oye, a veces hay esos detallitos que tú no lees y que después, pues, pueden lavarse las manos.

Roi: [00:12:56] Exacto. Y lo más gracioso de todo es que la persona de la agencia de seguros me dijo que tendría que haber contratado el otro tipo de seguro, que aún encima era mucho más barato que el que yo había contratado. Que el otro sí que cubría, y yo pensé: «Pero qué sin sentido, o sea, compro el que pone que tiene todas las coberturas, y justo ese no lo tiene». Los seguros son un lío, la verdad.

Rebe: [00:13:16] Sueles pensar que cuanto más pagas, mejor, más calidad, más prestaciones, y oye, a veces no es así. Pero aún habiendo visto, Roi, todos estos imprevistos, todas estas cosas que nos sucedieron a lo largo de este viaje, esto realmente no fue lo peor de este viaje en moto.

Roi: [00:13:34] Sí, eso fue de lo menos importante, fue un tema legal y tal, pero bueno, sin más. Porque el mayor problema, Rebe, lo causaste tú, o bueno, no diría que lo causaste tú, sino que te lo causó a ti un virus, una bacteria, bueno, algo, algo malo.

Rebe: [00:13:51] En el episodio anterior comentábamos que tú te habías puesto malo, habías cogido algún tipo de intoxicación. La tuya en Filipinas, comparada con la mía en Vietnam, fue incluso leve, porque a diferencia de nuestro seguro, sí que cogí el pack completo: fiebre, vómitos, diarrea, todo. Y puedes pensar: «Oye, igual te he coincidido al final del viaje y no te lo arruinó». No, no, no, el primer día, arrancamos en moto y me puse mala.

Roi: [00:14:19] Claro. Recordemos que es una ruta en moto de cuatro días, cada día parábamos en un pueblo distinto. Entonces, cada día conducíamos unas tres, cuatro horas en moto, hasta llegar al siguiente destino. Y el primer día ya te empezaste a sentir mal. Pero bueno, el primer día estabas mal, pero no tan mal, ¿no? Parecía que estaba recuperando al final del día.

Rebe: [00:14:39] El primer día me empecé a encontrar mal, como si estuviese muy cansada, me costaba mucho esfuerzo hacer cualquier visita o caminar un poco, pero pensé: «Bueno, un día de estos que te encuentras mal, mañana seguro que estoy bien». Al día siguiente ya, fatal, teníamos que parar la moto para que yo vomitase en la cuneta o en la hierba. No era muy agradable porque a veces había serpientes, y oye, daba un poco de miedo.

Roi: [00:15:05] Pobre serpientes, lo que tenían que ver. Miedo tenían ellas, Rebe, cuando parábamos con la moto, te bajabas y empezabas a vomitar. Porque claro, en el segundo día, ya te empezaste a encontrar tan mal, que cada 20 minutos en moto teníamos que parar y tenías que vomitar. Pero no podíamos hacer otra cosa, porque teníamos una moto y teníamos que llegar al siguiente destino.

Rebe: [00:15:23] Yo iba en la moto como si fuese un muñeco sin vida. Iba ahí, apoyada en Roi, como podía, paraba a vomitar cuando tocaba y continuábamos. Y claro, llegamos al hotel, al destino, y ahí sí que ya estaba fatal, cada pocos minutos tenía que ir al baño. No voy a explicar más, era horrible, tenía fiebre, y esa noche decidimos que al día siguiente no podíamos arrancar otra vez, y por eso tuvimos que alargar nuestra estancia. No había habitación en el hotel, así que tuvimos que cambiar de hotel, pero bueno, pudimos resolverlo y quedarnos una noche más.

Roi: [00:15:57] Entonces, el día siguiente lo pasamos en el hotel, así tú descansabas, te recuperabas. Y bueno, al menos te recuperaste parcialmente, no estabas totalmente recuperada, pero al día siguiente ya te encontrarás mejor y pudimos retomar el viaje.

Rebe: [00:16:11] No diría que me encontraba mejor, diría que podía sobrevivir. Tenía una botella con suero, como la famosa botella que contó Roi en el episodio anterior, y eso me mantenía con vida, porque hacía que no vomitase tanto y mi cuerpo podía absorber algunas vitaminas, algunos minerales, que me mantenían, pues, con vida, porque no podía moverme si no, eso me daba un poco de energía. ¿Qué pasa? Que continuamos nuestra ruta, y había un dilema que era si hacer el viaje normal y seguir yendo a ver cosas, o simplemente ir al siguiente destino para estar el menor tiempo posible en la ruta. Pero a mí me podían las ganas de ver cosas, así que decidimos hacer la ruta normal e ir a visitar los sitios que había por el camino. Y fuimos a ver un río, que teníamos que bajar por una carretera, bueno, no en las mejores condiciones, hasta llegar al río y volver a subir.

Roi: [00:17:06] Y ahí es donde nos ocurrió el siguiente imprevisto. Que bueno, tranquilos, no hubo ningún accidente ni nada, pero lo que ocurrió es que para bajar a este río, solo había una carretera, no habían más carreteras. Entonces bajamos al río, nos montamos en un barco que te daba una vuelta por el río, acabamos el tour, cogimos la moto, y cuando volvíamos a la carretera principal, cuando volvíamos por esa única carretera que había para salir del río, de repente, un señor nos prohibió el paso, un obrero. Un obrero de la construcción nos dijo que no pasáramos, y además nos hizo como unas señales de: «¡Fuera, fuera, vete lejos!». Y yo no entendía muy bien, ¿no? Como: «¿Qué pasa?». Entonces yo me eché un poco para atrás en la moto, y me dijo: «Más lejos, más lejos». Bueno, con gestos, porque hablaba en vietnamita y yo vietnamita no controlo. Y yo dije: «Bueno, vamos a irnos un poco más lejos, no sé qué le pasa a este señor». Y de repente explotó la montaña.

Rebe: [00:18:06] De repente, literalmente vimos explotar una montaña. Yo no lo había visto en mi vida, pero estaban construyendo en la carretera, entonces estaban derribando una parte de la montaña con explosivos. ¿Qué pasa? Que nos quedamos de ese lado de la montaña durante dos horas y pico que estuvieron con las obras, porque primero explotó la montaña, pero luego tuvieron que limpiar todos los escombros que habían caído sobre la carretera. Así que, nosotros y un montón de personas más, tuvimos que esperar dos horas en la carretera, con un calor insufrible, a la sombra de un camión. Y recordemos, Roi, que yo me mantenía viva con una botella de suero.

Roi: [00:18:52] Sí, sí, sí. Y tú estabas ahí, que, bueno, mal del estómago, mal de todo, y pensando: «A ver si no dura mucho esto, a ver si no tenemos ningún problema». Al final, bueno, se solucionó y tú no tuviste ningún problema, pero hubo ahí un poco de angustia por ese tema. Y tuvimos muy mala suerte, Rebe, porque justo cerraron la carretera como un par de minutos antes. O sea, si hubiéramos llegado tres minutos antes, hubiéramos pasado, pero, a veces tienes mala suerte.

Rebe: [00:19:20] Esto recuerda la historia de la semana pasada cuando fuimos a ver aquellos pequeños monitos, que nos cerraron la puerta también en la cara. Pues una vez más, no llegamos a tiempo. Pero bueno, podemos ver el lado negativo, que es que dos minutos antes hubiésemos pasado, o el lado positivo, que, bueno, teníamos una sombra de un camión, unas botellas en la mochila, por suerte teníamos bebidas, y yo fui muy feliz solo por no tener ninguna emergencia de tener que ir a un baño, que no existía. Entonces, bueno, fui feliz.

Roi: [00:19:54] Sí. Lo único malo es que esas dos horas y pico esperando, hicieron que se nos retrasase el viaje, y al final tuvimos que conducir de noche una hora y media o algo así. Y claro, por esas carreteras, con la moto, de noche, no fue muy agradable. Además ya no pudimos parar en algunos puntos que había para parar, para ver vistas y tal, sino que tuvimos que ir directos a nuestro hotel conduciendo de noche. Así que ese día, el final no fue muy bueno.

Rebe: [00:20:20] De hecho, en este viaje, en general nos quedó como un mal sabor de boca, se suele decir, ¿no? Porque sí que hay lugares muy bonitos, la ruta está muy guay, pero claro, debido a estas situaciones, no fue la mejor experiencia. De hecho, no acabó aquí, porque llegamos al destino final, es una ruta circular así que llegamos al hotel del principio, y encendí mi ordenador y descubrí que no funcionaba.

Roi: [00:20:46] Sí, sí, porque nosotros llevamos un ordenador a la ruta en moto, porque como tenemos dos, dijimos, vamos a llevar solo uno, y si hay algún problema o lo que sea, pues siempre intentamos llevar un ordenador por si surge algún problema. Al final, tenemos una empresa de creación de contenido, hay que estar siempre conectados. Y no sé si por el bamboleo de la moto, por los baches o por lo que sea, quizá por ese movimiento, el ordenador se estropeó y no funcionaba. Y para nosotros fue un problema, porque somos dos personas que tenemos que trabajar también, y ahora solo teníamos un ordenador. Por suerte teníamos uno, por suerte uno de ellos funcionaba, pero claro, era un poco lío porque tú tienes que hacer unas tareas, yo otras. Entonces, durante unos días yo me ponía con el ordenador, luego tú, y no podíamos salir del hotel prácticamente, porque cuando yo estaba trabajando, tú no podías trabajar, y viceversa, y al final, pues pasábamos todo el día en el hotel trabajando.

Rebe: [00:21:40] De hecho, esto nos pasó en el siguiente destino al que tuvimos que ir. Al acabar la ruta en moto, nos fuimos a Sa Pa, una zona muy famosa por las terrazas de arroz, y ahí no pudimos hacer gran cosa porque teníamos que trabajar los dos con un ordenador. Y lo que hicimos fue una excursión andando, que es lo típico que se hace, vas con una guía local que te lleva a recorrer estas terrazas de arroz, y una vez más, no fue la mejor experiencia, porque yo venía con cero energía en mi cuerpo, así que caminar durante horas con calor era una tarea agonizante. No la disfruté mucho, es un sitio muy bonito, pero en esta ocasión, no la disfruté demasiado.

Roi: [00:22:22] Y no era una ruta muy complicada, pero claro, como tú, no estabas tan mal como antes, pero todavía no estaba recuperada y tenías muy poca energía, y en cuanto…

Rebe: [00:22:34] Había un pequeño desnivel.

Roi: [00:22:36] Es que no puedo evitar reírme, Rebe, porque llevábamos como diez minutos, un pequeño desnivel, una pequeña cuesta, y casi te desmayas, estabas que no podías. Y claro, la señora, que es una señora, una chica más bien, esta chica que hará esa ruta, pues una o dos veces al día y llevará décadas haciendo esa ruta y no le cuesta nada, te veía y, yo no sé qué pensaba, pero pensaría: «Estos europeos, qué débiles son, qué débiles son».

Rebe: [00:23:05] Es posible que lo pensase, pero es que no podía, tenía que pedir un descanso cada muy poco tiempo porque no tenía energía en mi cuerpo suficiente para caminar, además hacía muchísimo calor. Pero bueno, todo se solucionó bien, en unos días me encontré mucho mejor, cuando ya podía comer sin vomitar, noté una gran mejoría, y por suerte, cuando volvimos a Hanói, la capital, pude arreglar mi ordenador rapidísimo, superbien, un sitio maravilloso que nos arregló el resto del viaje, la verdad.

Roi: [00:23:35] Sí, muy contento, porque claro, al estar ahí teníamos que llevar el ordenador a algún técnico, y en Hanói tienen tiendas 24 horas de reparación de ordenadores, o sea, es algo que me pareció increíble. Y en 24 horas nos arreglaron el ordenador, y muy bien, ahora, bueno, estamos ahora utilizando ese ordenador, y oye, parece que funciona bien, parece que está todo bien.

Rebe: [00:23:57] Y esto puede parecer una tontería, que se te estropee un ordenador, bueno, ya lo arreglarás. Pero en nuestro caso, necesitábamos arreglarlo durante el viaje si no queríamos arruinar el resto del viaje. Aún nos quedaba medio mes, y medio mes con un solo portátil nos hubiese supuesto perdernos muchos destinos o no poder salir casi del hotel. Así que, agradecemos mucho haber tenido ese servicio allí.

Roi: [00:24:23] Sí, sí, sí, sí, estuvo muy bien. Y a ver, ¿qué más podemos comentar de Hanói? Porque luego volvimos a Hanói para estar unos días trabajando, arreglando el ordenador, descansando un poco porque estábamos un poco cansados. Bueno, podemos comentar que fuimos al Museo de la Guerra, donde exponen, bueno, toda la historia de la guerra que hubo en Vietnam, y bueno, también de la época de la ocupación francesa, bueno, toda la historia de Vietnam, que es bastante triste, ¿no? Con muchas guerras y muchos problemas. Pero, lo que aquí quiero comentar no es nada sobre el museo. El museo está bien, la verdad me gustaron mucho los aviones y los tanques que tenían. Yo soy como un niño de 12 años o de 10 años, había tanques reales y aviones y tal, y la verdad, me sorprendió mucho verlos en persona, porque no me imaginaba que eran así de grandes. O de pequeños, los tanques me parecieron más pequeños de lo que yo creía. Es curioso, los aviones me parecieron muy grandes, y cuando estaba al lado de los tanques, pensaba: «Pues no es tan grande».

Rebe: [00:25:21] Como un niño, exactamente, igual que un niño en ese museo Roi. Pero, justo lo que nos pasó en este museo, es que había demasiados niños.

Roi: [00:25:30] Es que lo que queremos comentar de este museo es algo, bueno, nada relacionado con la guerra, sino que, no sé si es por ser blancos o por nuestro aspecto, por tu color de pelo o por nuestras pintas, no sé, pero éramos como… ¿cómo decirlo? Como famosos. La gente nos señalaba, la gente nos hablaba, pero estamos hablando de decenas de personas. Niños venían hacia nosotros, nos decían: «Hello«; intentaba hablar con nosotros. Pero claro, decenas de niños, yo me sentí un poco agobiado.

Rebe: [00:26:04] Era como ser, exactamente, famosos, yo en ese momento pude vivir en mi piel lo que es ser una superestrella de Hollywood, porque es lo que tú dices, estábamos en una sala, en una sala de exposiciones, por ejemplo, en ese caso, con muchísimos niños, porque había excursiones escolares que venían a visitar el museo. Entonces, había muchísima gente a nuestro alrededor, y todos esos niños, todas esas personas, nos miraban, nos señalaban, nos hablaban, venían a tocarte para que les dieses la mano, para que le chocases los cinco. Entonces, llegó un momento que Roi se agobió tanto, que tuvimos que irnos del museo.

Roi: [00:26:40] Es que, a ver, son niños y oye, no sé, pues les hace ilusión ver a un occidental o algo así, no sé. Que aún así me pareció un poco raro porque Vietnam no es un sitio aislado. Hay turistas, hay gente de otros países, hay gente de Occidente, o sea, no es raro ver a un occidental en Vietnam. Pero bueno, quizás esos niños eran de zonas más remotas, no lo sé.

Rebe: [00:27:00] O quizá tú y yo somos muy raros.

Roi: [00:27:02] Sí, quizá es que, por la barba que tengo, no suelen tener barba en Vietnam, entonces flipaban. No lo sé, no lo sé, yo no sé el motivo, que nos lo expliquen si hay algún oyente vietnamita. Pero claro, me sentí un poco estresado, un poco agobiado, eran demasiados niños los que venían junto a nosotros, o sea, hablamos de decenas o cientos de niños. Porque claro, había tantas excursiones, estaba tan lleno, que era un agobio. Así que, lo que aprendí es que no quiero ser famoso, me gusta que me conozca poca gente.

Rebe: [00:27:34] Solo por la voz, que nos conozcan por la voz.

Roi: [00:27:36] Claro, o yo qué sé, el podcast lo escuchan 20.000 personas, pero me conocen por la voz, y además, 20.000 personas repartidas por todo el mundo, así que, es raro que alguien me identifique en otro país. Y eso, pues fue algo que no nos gustó mucho porque no nos gusta ser el centro de atención y que nos señalen y tal, pero son cosas que pasan. Y siguiendo con el viaje, luego nos fuimos a Halong Bay, que es una de las zonas más turísticas del mundo, o más famosas, venga, no más turísticas del mundo. Pero es muy famosa esta bahía, hasta mi padre la conocía, que mi padre, lo de viajar no le interesa mucho, pero hasta mi padre me dijo: «¿Y fuisteis a la bahía esa que es muy famosa?». Y yo: «Sí, papá, fuimos». Y me sorprendió, a ver, a mi padre, pues, los destinos turísticos no le importan tanto.

Rebe: [00:28:22] Y aquí hicimos lo típico que hacen todos los turistas, que es un recorrido en barco por la bahía. Haces noche en el barco y al día siguiente ves otras cosas, ¿no? Y aquí tenemos dos anécdotas. Una la voy a contar yo y la otra la va a contar Roi, porque cada uno experimentó más una de estas historias. La primera, estábamos haciendo una excursión en kayak con nuestro guía, un chico como muy majo, que todo el rato decía que íbamos a vivir aventuras.

Roi: [00:28:49] «Adventure, adventure«, nos decía.

Rebe: [00:28:52] Y nosotros pensábamos que, bueno, las típicas aventuras aptas para todos los públicos, porque éramos los más jóvenes de esa excursión. La media de edad era bastante alta, entonces pensamos que iba a ser algo suave, adaptado para todos. Pero no, el chico de verdad quería ser aventurero. Así que, llegamos en nuestro kayak a una pequeña cueva, y nos hizo reptar por el suelo como soldados, la típica imagen de los soldados preparándose, arrastrándose por el barro, pues eso éramos nosotros, pero sobre arena de playa y conchas, que hacían bastante daño, para pasar por un pequeño agujero en las rocas a la otra parte. Llegamos a la otra parte, una pequeña playita oculta, muy bonita, la verdad, y ahí nos dijo que teníamos que regresar por el mismo sitio para continuar viendo cosas. Pero un matrimonio, un hombre y una mujer de unos 70 años, más o menos, supongo, no sé echar muy bien la edad a la gente.

Roi: [00:29:49] Diría 60 y largos, 70, más o menos.

Rebe: [00:29:52] Por ahí, imaginémonos. No querían volver por el mismo sitio y arrastrarse otra vez por las conchas, porque no era muy agradable.

Roi: [00:30:00] Y eran personas que no tenían la movilidad de una persona de 30 años. Que ya era bastante que estaban ahí y que habían pasado, porque el agujero no era muy grande, o sea, fue incómodo pasar por ahí, no fue muy sencillo.

Rebe: [00:30:10] Claro, ya era admirable que lo hubiesen hecho, porque yo quizá no me hubiese animado sabiendo lo que tenía que hacer. Entonces, dijeron que no querían volver por el mismo sitio, si no había otra opción. Y el guía, nuestro amigo aventurero, nos dijo que podríamos nadar, dar la vuelta a la zona, como a un islote, y salir por el otro lado. Y no entendimos muy bien las indicaciones que nos dio, pero nos pidió, tanto a Roi como a mí, que acompañásemos a este matrimonio, porque en su mente él pensaba que nosotros podríamos socorrer a este matrimonio si tenían algún problema. Él pensaba que nosotros éramos los héroes, lo que no sabía es que a mí me da pánico el agua, y no estoy tampoco en la mejor forma física para nadar y arrastrar a una persona conmigo, soy una persona muy pequeña.

Roi: [00:31:01] Sí, el guía pensaba que estos dos jóvenes, así, delgados, que parecen en buena forma física, podrían socorrer a los pobres ancianos, a esta pobre gente mayor. Y fue al contrario, casi, ¿no? Porque ese matrimonio se ve que iban a natación, dijeron que les gustaba mucho nadar, entonces no les supuso ningún problema. Y nosotros no somos los mejores nadadores del mundo, sobre todo tu, Rebe.

Rebe: [00:31:28] Bueno, hay que decir que ellos llevaban chalecos salvavidas, ellos flotaban, nosotros no teníamos nada. Entonces, claro, ellos iban relajados, flotando en el agua, y yo tenía que ir nadando. Llegó un momento que ya iba un poco reventada, porque no entendimos las indicaciones que nos dio el chico y pensamos que teníamos que nadar muchísimo más lejos. Cuando de repente apareció el chico con los kayaks, estaba a mitad de camino, nosotros habíamos nadado mucho más lejos, estábamos mucho más metidos dentro del mar, y tuvimos que volver hacia la orilla. Así que, realmente no era para tanto. Seríamos los típicos turistas que mueren por tontos.

Roi: [00:32:06] Sí, yo, cuando íbamos y estábamos haciendo eso y veía que nos íbamos alejando y que el destino estaba como muy lejos, estaba pensando: «Uf, esto es lo típico, ¿sabes? Que te mueres ahogado por sobrevalorar tus capacidades o no entender bien las cosas, bueno, o por no saber dónde estás». Pero por suerte no pasó nada. Aparte, yo, como veía que estas dos personas llevaban un chaleco salvavidas, pensaba: «Bueno, si estamos muy cansados, les damos una paliza…». No, no, no, sino que nos agarramos a ellos, y un chaleco salvavidas yo creo que podría con dos personas.

Rebe: [00:32:42] A ver, yo si me estoy ahogando, me agarro. Yo creo que, con la señora y conmigo, ese chaleco podía de sobra. Pero bueno, todo salió bien, llegamos nadando hasta la orilla y estamos aquí para contarlo. Y yo superé un poco mi miedo al agua, porque estaba ahí, luchando por sobrevivir, y como que el miedo a morir superó un poco el miedo a lo que podía haber debajo del agua.

Roi: [00:33:04] Sí, sí, sí. A ver, esto, así dicho, suena más espectacular de lo que fue, ¿vale? Tampoco fue algo en plan impresionante. Pero bueno, en el momento sí que infravaloras ciertos peligros.

Rebe: [00:33:16] Pero esto no fue lo único que pasó en este barco. Lo otro no tiene que ver con poner en riesgo nuestra vida, sino más con vivir en España, con ser español.

Roi: [00:33:26] A ver, lo otro que ocurrió es que nosotros estuvimos en este barco, estuvimos dos noches, si no recuerdo mal, y se supone que era como de lujo, era una experiencia bastante lujosa, un camarote grande, comida muy buena y tal. Entonces, al final del viaje nos dieron un cuestionario para responder y para ver si estábamos satisfechos. Y era un cuestionario interno, entonces yo dije: «Voy a ser honesto, todo me pareció muy bien, pero la comida, para el lujo que se supone que era, me pareció bastante mala». Y aún así no fui muy duro, sino que sobre cinco, le puse un tres. Como bien, pero oye, fue un poco caro este barco, entonces, podría haber estado mejor, podría haber sido una comida de más calidad, o no calidad, sino cómo estaba preparada, me parecía un poco cutre. Y lo gracioso es que yo simplemente lo hice por ser agradable con la gente, para dar un feedback honesto, real, porque yo les iba a dejar muy buena valoración o review en las aplicaciones estas de viajes, ¿no? Porque yo acabé satisfecho. Pero dije: «Voy a ser honesto, para que ellos sepan que a mí no me gustó». Y entonces vino el gerente a hablar conmigo, y yo: «¡Ostras!».

Rebe: [00:34:35] Y claro, recordemos la historia en la que no nos gusta llamar la atención, nos gusta pasar desapercibidos. Así que, que venga el gerente a hablar con nosotros, yo me escaqueé un poco, porque como yo no hablo tan bien inglés como Roi, dije: «Que se encargue Roi». Pero claro, ver a Roi explicándole al chico por qué no estaba totalmente satisfecho con la comida, y Roi solo diciendo: «Es que soy español, entonces, igual nuestro gusto es diferente, estoy acostumbrado a otro tipo de comidas». A ver, hay que decir que nosotros pensamos que iba a ser una comida increíble, entonces, quizá íbamos con unas expectativas muy altas también. Pero bueno, no nos salió mal la jugada, porque, como Roi se quejó, digamos, entre comillas, nos invitaron a unas consumiciones, así que, no salió mal.

Roi: [00:35:24] Sí, o sea, no, creo que nos invitó a una factura que teníamos pendiente por pagar de varias bebidas, que aún era algo de dinero, pero me dio rabia porque yo no lo hice por quejarme. Yo no soy de quejarme, a no ser que sea algo terrible. Claro, si es algo terrible, pues hasta yo puedo quejarme, pero yo soy una persona que acepta muchas cosas malas, porque no me gusta quejarme. Entonces, bueno, ¿que la comida no es muy buena? Pues no pasa nada, disfruto otras cosas. Solo respondí honestamente porque era un cuestionario interno, para que ellos sepan que no a todo el mundo le encantó la comida. Entonces me dio un poco de rabia por eso, y un poco de vergüenza también, porque viene el gerente y te dice: «Bueno, he visto que no estás satisfecho con la comida, por favor, explícame por qué». Como muy preocupado. Y yo: «¿Qué quieres que te diga? Pues, a mí no me gustó tanto».

Rebe: [00:36:08] Claro, y todo esto es cuestión de expectativas también, porque, como era un sitio lujoso, pensamos que iba a ser, pues de un estándar muy alto, y nosotros nos imaginamos cierto tipo de comida. Quizá otra persona se imagina otro tipo de comida y sí que le gusta. Realmente, no es porque nosotros seamos muy exigentes con la comida, porque igual que comimos en este barco, comimos en algunos sitios, que normal que yo cogiese una infección, entonces…

Roi: [00:36:35] Y ahí no nos quejamos.

Rebe: [00:36:37] Exactamente. Entonces, no es porque tú tengas un estándar muy alto, sino porque tenías unas expectativas diferentes ese día.

Roi: [00:36:44] A ver, es que si yo pago un euro por el plato, pues, para valer un euro estaban muy bien esos platos, pero en ese caso, pues, esperaba un poquito más. Pero bueno, fue una anécdota curiosa, precisamente porque yo no quería quejarme. Y ya para acabar este episodio, Rebe, vamos a contar la última anécdota. Luego, después de esta experiencia, fuimos a otro sitio, no vamos a entrar en detalles, pero en uno de los siguientes destinos, alquilamos una moto para recorrer la zona, y un día llovió un montón, llovió muchísimo, y bueno, nos mojamos un montón.

Rebe: [00:37:14] Una tormenta terrible nos pilló por el camino cuando íbamos en moto, tuvimos que parar a comprar unos chubasqueros, estábamos empapados, un poco de miedo teníamos también, porque veíamos caer los rayos muy cerca contra la tierra. Entonces, teníamos un poco de miedo de que no nos cayese uno muy cerca o directamente encima. Pero esto no fue lo peor, porque paramos, nos cubrimos, estuvimos protegidos. Pero luego, cuando íbamos de regreso al hotel, el tiempo mejoró, de repente hacía sol, así que Roi pensó en vivir una aventura.

Roi: [00:37:46] Porque me acordé de aquel guía que decía: «Adventure, adventure«. Y me acordé de su espíritu. Entonces, fuimos a ver unos arrozales que había allí, y había una carretera de tierra que no tenía mala pinta, y tenía pinta de ser una aventura divertida. Entonces dije: «Venga, Rebe, vamos por esa carretera de tierra y así vivimos un poco de aventuras». Y había algunos charcos. Entonces, bueno, unos charcos, tampoco pasa nada, ¿no? Pasas por encima del charco y ya está. Claro, ¿qué pasa? Que yo infravaloré la profundidad del charco, porque cuando pasé por el charco, la moto se hundió y nos quedamos en el sitio.

Rebe: [00:38:23] Eran charcos, que realmente era barro. Tú los veías y parecía un poquito de agua, pero realmente tenía mucha profundidad, era una zona con mucho barro, en la que te hundías. Así que, acabamos con la moto llena de barro, nosotros también sucísimos, vinieron unos turistas, riéndose un poco también, para preguntarnos si necesitábamos que nos echasen una mano. Pero bueno, por suerte pudimos continuar por la carretera, con más charcos, todo el rato, pero pudimos llegar al final y volver al hotel.

Roi: [00:38:54] A ver, fue bastante divertido al final, la verdad. Esta anécdota sí que me parece divertida, porque la moto no era mía, ¿no? Porque cuidado, al final no le pasó nada moto, pero se hundió bastante en el barro.

Rebe: [00:39:06] Esta es una anécdota divertida porque también en el momento nos reímos, aquí no lo pasamos mal como en otras ocasiones. Pero bueno, podemos cerrar aquí ya el episodio, Roi. Hemos contado bastantes anécdotas de este viaje, seguro que quedan otras en el tintero, pero bueno, creo que podemos dejarlo aquí, ya hemos contado bastantes cosas vergonzosas también.

Roi: [00:39:25] Hemos tenido suerte que hemos tenido estos problemas o estos imprevistos, porque si no, hubiéramos tenido que hacer un episodio más normal o convencional. Que tampoco estaría mal, pero bueno, estos me gustan más.

Rebe: [00:39:37] Es una forma de ver el lado bueno, decir que así tienes para hacer un episodio.

Roi: [00:39:42] Claro que sí, claro que sí. Bueno, pues nada, Rebe, cuídate mucho y hablamos la semana que viene.

Rebe: [00:39:47] Un saludo para ti y para todos los oyentes. Hasta la próxima. Chao, Chao.

dimanche 25 mai 2025

Cours de conversation en espagnol du 23 mai

Felipe González se pronuncia sobre el apagón que sufrió España - El Hormiguero




ARGENTINA: MILEI reducirá los CONTROLES FISCALES para que se utilice más el DÓLAR | RTVE Noticias



2053. Noticias en español


El exoplaneta K2-18 sigue dando noticias sobre “posible vida extraterrestre”

Una de las preguntas que más se ha hecho el ser humano desde el principio de los tiempos es: ¿hay vida en otros planetas? Pues de un descubrimiento en torno a esto es de lo que vamos a hablar en la primera noticia de hoy.

Nuestro protagonista de hoy es un planeta. Bueno, más bien el exoplaneta llamado K2-18b, que es de un tamaño como dos veces y media el tamaño de la Tierra y que se encuentra a 124 años luz de la Tierra. Para que nos hagamos todos una idea de lo que supone esa distancia, para llegar a él desde nuestro planeta se necesitarían 187.000 años en una nave espacial. Cosa que, a priori, parece complicada de conseguir. Pero bueno, independientemente de si podemos llegar o no, sigamos con la noticia.

Hoy vamos a hacernos eco de las investigaciones llevadas a cabo por la Universidad de Cambridge, que se han basado en la información obtenida gracias a las observaciones del Telescopio Espacial James Webb. ¿Qué conclusiones se han sacado? Para entender lo que vamos a hablar, hay que saber que este telescopio es capaz de detectar la composición química de este exoplaneta cuando orbita alrededor de su estrella. Y la composición química es la clave de esta noticia.

Resulta que se han detectado huellas de dos compuestos químicos, sulfuro de dimetilo y disulfuro de dimetilo, cosa que, según dicen los expertos, puede significar una posible vida en ese planeta. ¿Cómo es eso posible, que unos gases sean sinónimo de vida? Resulta que son gases que en la Tierra son producidos por organismos como las bacterias y el fitoplancton marino. De hecho, los científicos que están a cargo de esta investigación han podido establecer que la probabilidad de existencia de vida es de un 99,7 %. Por cierto, para poder hacer una declaración definitiva de vida en otro planeta se necesita llegar a una certeza del 99,99994 %.

¿Qué significa todo esto? Pues que este planeta, donde también se ha detectado vapor de agua con temperatura que podría permitir la vida, podría ser un planeta hicéano. Es decir, un planeta que tendría el potencial de poder tener una atmósfera con hidrógeno y una superficie cubierta por un océano. Como dicen los científicos de este estudio, la posibilidad de que este planeta esté rebosante de vida es un primer paso para demostrar que no estamos solos. Como dice uno de ellos: “Si confirmamos que hay vida en K2-18b, básicamente confirmaríamos que la vida es muy común en la galaxia”. Es cierto que este mismo científico dice que hay que ser prudentes y escépticos, y asumir que los resultados pueden ser erróneos, que hay que comprobarlo todo una y otra vez hasta llegar a resultados concluyentes.

Aun así, no podemos negar la importancia de estos hallazgos. Y, tal y como dice este científico: “Dentro de décadas, podríamos mirar hacia atrás a este punto y reconocer que fue cuando el universo con vida estuvo a nuestro alcance. Esto podría ser el punto de inflexión, donde de repente la pregunta fundamental de si estamos solos en el universo sea una que podamos responder”. Tendremos que esperar a ver qué pasa, pero desde luego es algo emocionante.

Una niña con diabetes pasa la tarde con su vecina, todo se complica, y ocurre lo más increíble con su perro: a cinco casas de distancia.

Vamos con la segunda historia del día. Una de las cosas que más me fascina de los animales es la capacidad para sentir y detectar cosas antes que los humanos. El hecho de que el perro que tienes en casa sea capaz de intuir que te encuentras mal y se quede a tu lado todo el día me parece algo increíble. Pues de un perro que olfateó problemas es de lo que vamos a hablar en la segunda historia de hoy.

Nos vamos a Madison, en Alabama, y allí vamos a conocer a una niña de cinco años llamada Paislee. A esta niña le diagnosticaron diabetes tipo 1 hace 3 años, así que los padres decidieron que era buena idea tener un perro de servicio para su hija. Es un perro que está entrenado de manera específica para detectar los niveles de azúcar en sangre. No sé a ti, pero a mí esto ya me parece una cosa increíble, que un perro pueda detectar los niveles de azúcar en sangre de una persona.

El caso es que llega a la familia el perro llamado Tracker, un goldendoodle que no solo es un perro de servicio, sino que es muy dulce y adorable y se ha convertido en un miembro más de la familia. Pues bien, una vez hemos conocido a los personajes principales, veamos por qué este perro ha sido noticia y se ha convertido en viral en redes sociales.

Resulta que un día cualquiera la niña se va a jugar a casa de una vecina. Es importante saber que la vecina vive a cinco casas de distancia y que el perro no había acompañado a la niña, por lo que no sabía dónde estaba la pequeña. La cuestión es que, en un momento dado, el perro comenzó a olfatear las huellas de la niña, encontró su rastro, llevó a la madre de la pequeña hasta la casa de la vecina y se detuvo en la puerta. La madre no entendía nada, pero sabía que el perro le quería decir algo. ¿Sabes qué le quería decir? Seguro que lo has adivinado. La madre comprobó el nivel de azúcar de su hija y se quedó absolutamente alucinada cuando se dio cuenta de que su hija tenía el azúcar muy bajo.

El perro detectó eso a cinco casas de distancia y sin saber dónde estaba la pequeña. Desde luego, el olfato de los animales es algo sorprendente. Luego a mí se me está quemando una pizza en el horno y no me entero hasta que ya es demasiado tarde.

Un novio se fuga con su futura suegra diez días antes de su boda

Llegamos a la última historia del día. Todos hemos visto películas donde el gran punto sobre el que gira toda la historia es cuando dejan a alguien plantado en el altar. Pues de un novio que no estuvo donde tenía que estar es de lo que vamos a hablar en la última noticia de hoy.

Viajamos a la India, más concretamente a Aligarh, donde conoceremos a una pareja, Rahul y Shivani, que tenían planeada su boda para el 16 de abril. Todo parecía ir bien, las invitaciones estaban enviadas y los asistentes habían confirmado su asistencia. Pero el que no confirmó su asistencia fue el novio. Resulta que unos días antes, concretamente el 6 de abril, el novio salió de casa con la excusa de que iba a comprar ropa para la boda. Nada sospechoso, teniendo en cuenta que se iba a casar.

Pero, como te podrás imaginar, no se fue de compras, simplemente se largó. Esa misma noche llamó a su padre y le dijo que se había ido y que no se molestasen en buscarlo, que no iba a volver. Si esto fuera lo único que ha pasado, esto no sería noticia, no tendría nada de interesante. Muchas parejas rompen y hay novios y novias por todo el mundo que desaparecen o huyen de esta forma.

La cuestión es que la novia se dio cuenta de que su madre también estaba desaparecida y además se había llevado todo el dinero de la familia. Eso sí, la madre no dijo absolutamente nada ni avisó de que se había ido. Claro, como podrás imaginar, no son dos hechos aislados, y no es que los dos se fueran por casualidad el mismo día, no. La realidad es que el chico de 20 años y su suegra se fugaron juntos con todo el dinero de la pareja y de la familia. Como dijo la novia: “Se suponía que me casaría con Rahul el 16 de abril, y mi madre se fugó con él”.

¿Nadie sospechaba nada? Pues mira, oyente, dice el marido de la mujer que él trabaja fuera y no pasa mucho tiempo en casa, pero sí se dio cuenta de que últimamente suegra y yerno hablaban mucho por teléfono. Pero claro, no quiso decir nada para no meter cizaña o crear problemas, ya que la fecha del enlace estaba muy cerca. Por cierto, la novia abandonada también dijo que sí, que es cierto que últimamente hablaban mucho.

¿En qué ha quedado la cosa? El marido de la mujer ha puesto una denuncia por desaparición, a ver si la Policía pudiera encontrar a su mujer y a su joven amante. Aunque es cierto que no hay noticia de ella y el chico niega que esté con él. En fin, es una mala noticia que te deje plantada tu novio por tu madre, pero también digo que mejor no haber llegado a casarse, porque está claro que ahí amor, amor, lo que se dice amor, mucho no había. Bueno, sí había mucho, pero por la persona equivocada. 

samedi 17 mai 2025

Cours de conversation en espagnol du 16 mai

Muere José Mujica, el audaz político uruguayo que asombró al mundo como “el presidente más pobre”




2048. Noticias en español


Los ingenieros del Titanic trabajaron hasta el final para mantener encendidas las luces y facilitar la evacuación

Es increíble cómo cosas de hace mucho tiempo siguen provocando fascinación en la actualidad y siguen siendo noticia. Y sin duda, una de esas cosas que siguen creando expectación a día de hoy es el Titanic. Por eso, en la primera noticia de hoy vamos a hablar de novedades en torno al hundimiento del Titanic. 

Para conocer esta noticia tenemos que hablar de un documental que se llama Titanic: La Resurrección Digital, donde se pueden ver algunas novedades en torno a cómo fueron los últimos momentos de este famoso transatlántico. Para poder llegar a estas nuevas conclusiones se ha hecho una réplica en 3D a tamaño real a partir de más de 700.000 imágenes que se sacaron al cartografiar el barco mediante robots submarinos. Así lo explica uno de los especialistas: “Es como la escena de un crimen: hay que ver las pruebas en el contexto de su ubicación. Tener una visión completa de todo el lugar del naufragio es clave para comprender lo que ocurrió aquí”.

¿Qué nuevas conclusiones se sacan gracias a esta réplica? Pues mira, oyente, una de las cosas que ha permitido es dar una perspectiva más clara de la zona de las calderas. Eso ha permitido confirmar algo que han narrado muchos de los supervivientes, que los ingenieros trabajaron hasta el último segundo para mantener encendidas las luces del barco. El objetivo era claro, que las luces ayudaran en las tareas de rescate. ¿Cómo se puede saber esto? Resulta que en la cubierta se ha podido ver una válvula abierta, lo que indica que en el momento del hundimiento aún fluía vapor hacia el sistema que generaba electricidad. 

Esto parece una tontería, pero es una auténtica heroicidad que salvó muchas vidas. No las suyas, claro, ya que los ingenieros murieron en el hundimiento, pero ellos se sacrificaron para salvar a los pasajeros. Así lo explica un especialista: “Mantuvieron las luces y la electricidad funcionando hasta el final, para que la tripulación tuviera tiempo de botar los botes salvavidas de forma segura con algo de luz en lugar de en la oscuridad absoluta”. 

La simulación que se ha hecho sugiere más cosas, como que se hundió debido a unas perforaciones en el casco, unos agujeros del tamaño de un folio A4. Resulta que siempre se dijo que el Titanic era insumergible, cosa que sabemos que no era cierta. Esta idea se basaba en que podía mantenerse a flote incluso si cuatro de sus compartimentos estancos se inundaban. Pues bien, en esta simulación se puede ver que los daños provocados por el iceberg llegaron a seis compartimentos. Como dice uno de los especialistas: “El problema es que esos pequeños agujeros se extienden a lo largo del barco, por lo que el agua de la inundación entra lenta pero inexorablemente por todos ellos, y finalmente los compartimentos se inundan por completo y el Titanic se hunde”. 

¿No te resulta fascinante, oyente, que podamos seguir descubriendo cosas de un barco que está hundido a 3.800 metros de profundidad?

La National Gallery de Londres sortea dormir en sus salas: recorrido privado, cena y cama

Vamos con la segunda noticia del día. Hay experiencias tan únicas y excepcionales que solo unos pocos privilegiados pueden acceder a ellas. Hoy, en la segunda noticia, vamos a conocer una experiencia reservada a una única persona. 

En esta noticia vamos a viajar a la maravillosa ciudad de Londres y allí nos vamos a dirigir a uno de sus museos más emblemáticos, la National Gallery. Si has estado en ese museo, sabrás que visitarlo es una experiencia fantástica. Pero, ¿te imaginas pasar una noche en el museo? Pues sí, un afortunado ha podido hacerlo gracias a un sorteo que celebró este famoso museo londinense. 

Esta iniciativa se engloba dentro de las celebraciones por los 200 años del museo, y también porque se va a inaugurar el ala de este museo llamada Ala Sainsbury, que ha estado dos años cerrada por una serie de remodelaciones y reparaciones. Hace unas semanas hicieron un sorteo donde el premio era dormir una noche en el museo. Pero no era solo pasar la noche en el museo, que ya eso es una auténtica pasada, era mucho más. 

El afortunado empezó la jornada con una cena para dos en el restaurante de la galería, Locatelli, que está a cargo del chef con estrella Michelín, Giorgio Locatelli. Después, la persona ganadora del sorteo pudo visitar la colección C C Land: The Wonder of Art una vez que el museo ya estaba cerrado. Pero no lo hizo solo, lo hizo en una visita privada acompañado por la directora de colecciones e investigación del museo, Christine Riding. Y ojo, porque esta colección es la mayor reorganización de la colección de la historia reciente del museo. En esta colección se puede hacer un recorrido por más de mil obras, donde se puede ver la evolución de la pintura de la Europa occidental entre los siglos XIII y XX. Como dice la directora de colecciones: “Es la primera vez que tenemos la emocionante oportunidad de repensar y renovar la forma en que presentamos una de las mayores colecciones de arte del mundo, bajo un mismo techo”. 

Después de eso, fue la hora de dormir, si es que fue capaz. El ganador del sorteo durmió en una cama situada en el “puente” que une la zona de la que hablábamos que está recién renovada y el resto del museo. A la mañana siguiente siguieron los privilegios, ya que esta persona recibió una cesta de desayuno, y después tuvo el privilegio de ser la primera persona en visitar la nueva galería antes de su apertura. 

No mucha gente puede decir que ha dormido con algunas de las pinturas más importantes del mundo, pero este afortunado sí puede decirlo.

Un granjero pierde su anillo de matrimonio y un carnicero lo encuentra cuatro meses después en el estómago de una vaca

Llegamos a la última historia del día. ¿No te ha pasado nunca que has perdido algo porque se te ha caído o lo que sea, y en ese momento tu mente piensa, “lo estoy perdiendo para siempre, no hay forma de recuperarlo”? Por ejemplo, estás asomado a un puente en un río y se te cae el móvil o unas gafas de sol. En ese momento eres consciente de que esa cosa no la vas a recuperar nunca. Es una sensación desagradable. Pues bien, en la última noticia de hoy vamos a conocer a alguien que pensó que había perdido algo para siempre, pero con un final sorprendente.

Nos vamos a Baviera, en Alemania, y allí nos vamos a ir a la granja de nuestro protagonista, Johannes Brandhuber, de 32 años. Este hombre un buen día estaba trabajando en la granja y mientras estaba atendiendo a sus 60 vacas perdió su anillo de casado. No sabía dónde lo había perdido exactamente, así que probó con un detector de metales, pero no lo encontró. Después del disgusto, se dio por vencido, lo dio por perdido y se compró otro anillo para sustituir el extraviado. Esta historia se queda aquí hasta cuatro meses después. 

Damos un salto y nos encontramos en la carnicería de Arthur Rohzetzer, que se encuentra en Pleinting, que es una localidad situada a unos 30 kilómetros de la granja de nuestro protagonista. Una de las curiosidades de esta carnicería es que todavía despieza el ganado de manera tradicional. Y ojo, oyente, que se avecina el milagro. Resulta que este carnicero estaba vaciando el contenido del estómago de una vaca. Esa vaca había estado en la granja de nuestro protagonista. ¿Adivinas qué se encontró en ese estómago? Efectivamente, se encontró el anillo. 

Digo milagro por varias razones. Primero, porque habían pasado cuatro meses desde que ese anillo desapareció, y segundo, porque encontrar un anillo en un estómago de una vaca que puede llegar a pesar 60 kilos, es como buscar una aguja en un pajar. Como te podrás imaginar, el anillo no es que estuviera en las mejores condiciones, porque los ácidos del estómago de la vaca habían hecho su trabajo durante el tiempo que pasó allí. Es por eso que la inscripción del anillo era casi ilegible, pero aun así logró contactar con el padre de nuestro granjero. El hombre al ver el anillo dijo: “¡No puede ser, si es el anillo de mi hijo!”.

El anillo fue devuelto a su legítimo dueño y el granjero como agradecimiento le llevó al carnicero un regalo que no puede ser más alemán. ¿Qué le regaló? Una cesta de cerveza Augustiner, cerveza bien merecida, la verdad. Llámalo casualidad, destino o como quieras, pero este hombre tuvo muchísima suerte.

samedi 10 mai 2025

Cours de conversation en espagnol du 9 mai

Quién es Robert Prevost, el nuevo Papa de la Iglesia católica (y qué se puede esperar de su papado)




2043. Expresiones con “sentido”

En este episodio de expresiones vamos a hablar de una palabra que usamos a menudo: sentido. Se usa en varias frases, pero una de ellas destaca por encima del resto: tener sentido. 

Y sí, se trata de tener sentido y no de hacer sentido, un error que algunos estudiantes angloparlantes cometen habitualmente. Para ser precisos, no es un error, porque esa expresión sí existe en español, pero en el español de España no se usa, usamos “tiene sentido” y suena raro decir “hace sentido”. 

Hoy tenemos cinco expresiones con la palabra sentido: tener sentido, quitar el sentido, en el sentido de las agujas del reloj, sexto sentido y, por último, perder el sentido. 

Hoy hablamos de expresiones con “sentido”.

Para poner en práctica estas expresiones vamos a seguir la historia de Damián. Damián es un hombre que tras una pesadilla decide hacer un cambio en su vida. Vamos a ver de qué se trata. 

«Un día Damián tuvo una pesadilla. En ese sueño una gallina gigante le perseguía y le gritaba “Deja de comerme, déjame tranquila, quiero ser tu amiga, así que trátame bien o te arrepentirás”. Nada más despertarse de ese sueño, Damián se prometió cambiar algunas cosas en su vida: comería menos carne y tendría un huerto en casa. Sabía que esa pesadilla no había sido casualidad. Damián se convirtió en una persona más espiritual y eso se podía ver especialmente en todo lo relacionado con la comida. Quería que su alimentación tuviera sentido con su forma de pensar. Damián empezó a comunicarse con las gallinas que compró y también con algunas hortalizas. Intentaba comunicarse con los tomates, pepinos, pimientos, cebollas y patatas que tenía en el huerto. Decía que desde que hablaba con ellos, sus comidas tenían más sabor. Algunos pensaban que estaba loco, pero a él no le importaba lo que dijera la gente. Estaba feliz con su nueva vida y quería compartirla con sus seres queridos. Una tarde de domingo decidió invitar a sus amigos para que disfrutaran de un nuevo plato que había aprendido a cocinar. Les dijo: “He aprendido a cocinar un plato vegetariano que os va a quitar el sentido”. Damián y una amiga fueron al corral con la intención de coger algunos huevos frescos. Aunque las gallinas no se mostraron muy contentas al principio, nuestro protagonista habló con ellas, les dio un masaje en la cabeza y les pidió por favor que fueran comprensivas y generosas con él. Damián y sus invitados empezaron a cocinar. Su mejor amiga, Anita, se encargó de la mayonesa, así que cogió aceite y huevos y empezó a batirlo todo. Damián le dijo que tenía que batirlo todo en el sentido de las agujas del reloj, pero Anita no le hizo caso y batió los ingredientes en el sentido contrario de las agujas del reloj. Un rato más tarde, después de que Damián añadiera algunos ingredientes secretos, el plato ya estaba listo. Todos los amigos se dispusieron a comer. Todos menos Claudio, que comentó que le dolía el estómago y no tenía hambre. Su sexto sentido le decía que podría tener problemas con el plato inventado por Damián, por lo que prefirió no probarlo. Hizo bien, puesto que unos minutos más tarde, mientras los amigos estaban en el jardín, Anita y Julián perdieron el sentido durante unos minutos. Todos miraron a Damián buscando respuestas y este dijo: “No os preocupéis, Julián y Anita se recuperarán. Es posible que hayan perdido el sentido porque Anita no ha batido los huevos en el sentido de las agujas del reloj y la mayonesa se ha estropeado, pero también es posible que sea culpa de mis ingredientes mágicos y naturales. Nunca lo sabremos.”».  

No sabemos a qué ingredientes mágicos y naturales se refería Damián, lo que sí sabemos es que tanto Anita como Julián se recuperaron un rato después y no hubo más consecuencias para ellos. 

Con este final feliz vamos a analizar las cinco expresiones usadas en esta historia, todas ellas con la palabra sentido. ¡Vamos a por ellas! 

Tener sentido

Empezamos con la frase más común con la palabra de hoy: tener sentido. La hemos escuchado justo aquí: “Damián se convirtió en una persona más espiritual y eso se podía ver especialmente en todo lo relacionado con la comida. Quería que su alimentación tuviera sentido con su forma de pensar”. 

¿Qué significa que algo tiene sentido? Pues significa que algo es lógico, que el argumento es coherente. Damián quería llevar una vida acorde a su nueva forma de pensar. 


Vamos a ver más ejemplos. Un director hace una película maravillosa, entonces tiene sentido que la película tenga éxito en taquilla. Un carpintero hace un gran trabajo, así que tiene sentido que tenga lista de espera. Tú tienes un examen de español y has estudiado mucho, pues tiene sentido que apruebes el examen. 

Quitar el sentido

Pasamos ahora a la segunda frase del día: quitar el sentido. Esto les dijo Damián a sus amigos: “He aprendido a cocinar un plato vegetariano que os va a quitar el sentido”. 

¿Qué quería decir Damián con eso? Pues quería decir que el plato les iba a gustar mucho. Se dice quitar el sentido cuando a una persona le gusta mucho algo, cuando se queda impresionada o asombrada. 

Ya he dicho muchas veces esto de mi tierra, pero te puedo decir que si alguna vez vienes a Galicia, la gastronomía de aquí te va a quitar el sentido, es decir, te va a encantar la comida que tenemos en esta parte de España. Eso sí, tiene que gustarte el marisco, de lo contrario, no vengas. Es broma, tenemos otros platos que también son muy buenos.

En el sentido de las agujas del reloj

Vamos a por la siguiente expresión, una frase un poco larga que hará que gastes mucha saliva: en el sentido de las agujas del reloj. La hemos oído justo aquí: “Su mejor amiga, Anita, se encargó de la mayonesa, así que cogió aceite y huevos y empezó a batirlo todo. Damián le dijo que tenía que batirlo todo en el sentido de las agujas del reloj, pero Anita no le hizo caso y batió los ingredientes en el sentido contrario de las agujas del reloj”. 

Esta expresión es obvia, es literal, pero por si hay algún despistado, podemos decir que significa en la dirección del reloj. Y si añadimos contrario a la oración, es decir, en el sentido contrario de las agujas del reloj, estaremos diciendo que la dirección es hacia la izquierda. 

Sexto sentido

Dicho esto, pasamos a la cuarta frase de hoy: sexto sentido. Hay una famosa película con ese título, seguro que la conoces. Bien, pues en nuestra historia la hemos usado justo aquí: “Todos los amigos se dispusieron a comer. Todos menos Claudio, que comentó que le dolía el estómago y no tenía hambre. Su sexto sentido le decía que podría tener problemas con el plato inventado por Damián, por lo que prefirió no probarlo”. 

Se dice que una persona tiene un sexto sentido cuando tiene buena intuición o  percepción extrasensorial, cuando percibe la realidad sin usar la parte racional de su cerebro. 

Unos lo llamarán sexto sentido y otros lo llamarán suerte, imaginación, intuición… Lo llamen como lo llamen, seguro que sabes a lo que nos referíamos con el sexto sentido de Claudio. Hizo bien en no comerse el plato, puesto que el resultado fue que algunos perdieron el sentido. 

Perder el sentido

Precisamente la frase que tenemos en último lugar: perder el sentido. Algo que, como decía, no le pasó a Claudio porque decidió no comerse el plato. Hemos oído perder el sentido justo en este fragmento: “Hizo bien, puesto que unos minutos más tarde, mientras los amigos estaban en el jardín, Anita y Julián perdieron el sentido durante unos minutos”. 

¿Qué pasa cuando alguien pierde el sentido? Pues que se desmaya. Se dice que una persona pierde el sentido cuando pierde la conciencia, cuando se desmaya. 

Así pues, si estás bajando las escaleras, te resbalas, te das un golpe en la cabeza y te desmayas, habrás perdido el sentido. También se puede usar esta expresión de forma más figurada, para decir que alguien se ha vuelto loco. Por ejemplo, si decides vender tu casa para invertir todo tu dinero en Bitcoin, algunas personas podrían decirte que has perdido el sentido.