Miércoles
23 de septiembre de 2015
Crossfit,
la gimnasia militar que sigue de moda.
Es el
entrenamiento de militares, deportistas, policías y bomberos. Es un gimnasio
que a la vez no lo es: no hay máquinas de ejercicios, ni personas que escuchan
música mientras realizan aeróbicos… más bien, es un galpón
grande lleno de sogas, martillos, llantas de vehículos, barras y pesas. Allí
los asistentes se someten a una suerte de “tortura” conocida como “Crossfit”.
Este
deporte nació en 1995 en Santa Cruz, California, de la mano de Greg Glassman,
un ex policía que quiso dar a los civiles la experiencia de tener a un sargento
a su lado impulsándole a saltar más, a levantar más peso y a subir más alto.
En cinco
años, el número de inscritos en su gimnasio pasó de 18 a 1.700, y actualmente,
sus rutinas se practican en todos los estados de Estados Unidos.
El Ejército
de Estados Unidos sometió a algunos de sus soldados al programa en 2010 y
mejoraron en un 20 por ciento su rendimiento.
En Ecuador,
uno de los países donde es más popular, entró a través del gimnasio Corpus de
Guayaquil.
Carlos
Andrade, su propietario, primero estuvo atraído por la dieta paleolítica
elaborada por Glassman, que se basa en los alimentos que comían los hombres de
las cavernas, como carne, pescado, frutas, verduras, frutos secos y raíces, es
decir, nada de productos elaborados.
Posteriormente,
Andrade adoptó también los ejercicios del estadounidense, al punto que acabó
por desechar la cinta de correr y otros aparatos, y convertir su gimnasio en el
primer centro “crossfit” de Ecuador.
Años
después las cifras hablan por sí solas: existen ocho centros similares en
Ecuador y más de 3.000 crossfiteros que lo practican al menos cuatro veces por
semana.
Crossfit o
la superación de tus propios límites.
Al
contrario de lo que ocurre en un gimnasio tradicional, donde cada uno va a lo
suyo, en el “crossfit” los participantes se enfrentan al mismo WOD (Workout of
the day), una combinación de ejercicios diseñada por el entrenador que incluye
desde abdominales, hasta escalar una pared con una cuerda, saltos sobre un
“step”, martillazos contra un neumático, barras y remos.
La rutina
dura tan solo unos 15 o 20 minutos, y uno de sus aspectos más destacables,
según el psicólogo Ronny Macías, es la sensación de tener que vencer tus
propios límites.
David
Andrade, del “Crossfit Quito”, enfatizó que este
ejercicio lo practican personas de todas las edades: “Tenemos un señor de 73
años que lo realiza. Mi madre de 56 lo hace excelente”.
Según él,
su popularidad ha hecho de Ecuador “la meca” del “crossfit” en Sudamérica: “Es
un estado espiritual, cambia todo, tu forma de pensar, tu alimentación hasta tu
forma de ver las cosas… realmente es un estilo de vida, renaces, por así
decirlo”.