1415. Frases ambiguas
Hoy hablamos de frases ambiguas.
Roi: Hola, Paco.
Paco: Muy buenos días, buenos días, queridos oyentes. ¿Qué tal? ¿Qué te cuentas?
Roi: Pues muy bien. No me cuento nada. ¿Y tú qué tal, Paco?
Paco: Qué forma.. ¡Qué forma tan rápida de acabar! No te cuentas nada.
Roi: No me cuento nada, Paco, soy como un cuento muy malo. Un cuento muy malo. Un cuento que no se cuenta nada. Es un cuento muy malo.
Paco: ¿Y por qué no te cuentas nada? Es porque la semana pasada hablamos de que los del norte sois más tímidos, menos extrovertidos, menos habladores y tal, ¿o por qué?
Roi: Pues puede ser, puede ser que sea eso, que no somos muy dados a contar nuestras intimidades. Entonces en realidad me han pasado muchas cosas, pero no voy a contar nada aquí, nada de nada.
Paco: Pues nos quedamos en silencio, no hablamos.
Roi: ¿Bueno, Paco, y tú qué tal? Ya fuera bromas. ¿Qué tal? ¿Cómo estás?
Paco: Fuera bromas. Pues estoy… estoy bien, pero un poco cansado. Fíjate que la respiración, me cuesta respirar porque he ido solo al supermercado.
Roi: Pero.. Pero si solo has hecho eso, si solo has ido al supermercado, no deberías estar tan cansado. ¿No, Paco? ¿Qué pasa? ¿Que sales una vez de casa y ya te cansas?
Paco: No, no, no es que solo haya hecho eso. No es que solo haya ido al supermercado. A lo que me refiero es que he ido yo solo, sin nadie más, nadie me ha acompañado. Entonces he llevado bastante carga, bastante peso y por eso estoy cansado.
Roi: Ah, bueno, pues tenías que haber especificado, Paco, tenías que haber sido más concreto, que era un poco ambigua esta frase, ¿no?
Paco: Sí, sí, sí. He jugado ahí con la ambigüedad y lo he hecho a propósito. ¿Por qué? Porque hoy hablamos de ambigüedades.
Roi: Qué bien, Paco, qué casualidad que has respondido así. Todo muy, muy aleatorio. Nada estaba preparado. Entonces justo has ido solo al supermercado y ha surgido esta ambigüedad. Y esto es lo malo del idioma, que a veces es ambiguo, opaco.
Paco: A veces es ambiguo. Y es que como te falte contexto puede haber lugar para interpretaciones erróneas. Sí, equivocaciones un poco, un poco tontas, como esta.
Roi: Claro, entonces es lo que tiene. Y hoy vamos a ver algunas frases que pueden tener un doble sentido o que son ambiguas, que no nos queda claro qué queremos decir. Entonces, cuando algo es ambiguo significa que puede entenderse de varias formas o que puede interpretarse de distintas formas. Y cuando algo se puede interpretar de distintas formas, puede generar problemas, dudas o confusiones.
Paco: He ido solo al supermercado, vale, bueno, «he ido únicamente al supermercado» o «he ido no acompañado al supermercado». Eso es.
Roi: Claro, claro. Y aquí por qué existe esta ambigüedad, porque solo es una palabra que tiene varios significados. Entonces puede ser adverbio solamente o únicamente, que solo he hecho esta única cosa, o puede ser que no estás acompañado. Estoy solo en casa. Estoy sin nadie más en casa.
Paco: ¿Tú, Roi, estás ahí solo en casa? ¿Estás acompañado? Venga, cuéntame cositas.
Roi: Ya te he dicho antes, Paco, que no te iba a contar mis intimidades, así que no intentes sacármelas.
Paco: Bueno, bueno, venga. Otro día. Otro día, entonces, hablamos de esas cositas. Venga. Pero sí, centrándonos en el tema de hoy, es que hay algunas frases muy buenas que hemos preparado por aquí y nos gustaría comentar.
Roi: Sí y empezamos con la primera, por supuesto. Y la primera utilizamos esta misma palabra, solo. Y dice así, Paco, «Me gusta el café solo».
Paco: «Me gusta el café solo», vale. ¿Qué interpretaciones podemos darle aquí?
Roi: Hay dos, ¿no? Porque «Me gusta el café solo» puede ser que te gusta tomarlo sin compañía. Me gusta tomar el café solo. Me gusta estar sin nadie.
Paco: Sí, pero el café se disfruta más con otras personas. Cuando vas al bar, hablas un poquito, charlas con el camarero o con tu amigo.
Roi: Pero a veces hay gente que es introvertida y bueno, a veces, un café solo, sin… sin compañía, un momento íntimo para ti, de soledad, de tranquilidad. También puede estar bien.
Paco: Para disfrutar del aroma, el olor, el sabor.
Roi: Para pensar en tus cosas.
Paco: Sí, sí, sí, es verdad.
Roi: Pues ese sería, esa sería una interpretación, un poco forzada también. ¿Vale? Si dices «me gusta el café solo», la más probable es la siguiente que vamos a explicar ¿no? El café solo. Es decir, un café solo es un café sin leche. Es solo café. Es una forma de llamarle al café. Café solo es cuando es solo café. Únicamente café.
Paco: De acuerdo, pues gracias por la explicación, porque como yo no bebo café, entonces no sabía que era el café solo, lo he escuchado muchas veces, pero no sabía si era café sin leche, café sin café, café sin algo, entonces.
Roi: Es café con agua. Solamente es eso. Por eso se dice café solo, porque solo es café.
Paco: Entonces, también puede estar relacionado con lo que decíamos antes, porque ese café no tiene compañía, no va acompañado de nada más.
Roi: Efectivamente, de ahí viene, pero bueno, la ambigüedad está que cuando dices café solo es un tipo de café.
Paco: Y yo tengo una pregunta. ¿Te puedes tomar un café solo acompañado?
Roi: Sí, es verdad, Paco. E incluso podrías tomarte un café con leche, solo. Ojo eh, este es nivel avanzado ya de español. Nivel cuántico.
Paco: Y nivel cuántico, Roi, ¿Por qué? Bueno, es sencillo. Es decir, un café con leche sin compañía.
Roi: No me refería a eso porque es una ambigüedad, claro. Yo me refería a un café con leche, solo, únicamente. Por ejemplo, podría pedírselo a un camarero. «-¿Qué quieres?». Y yo: «-Un café con leche, solo. Solo quiero eso. No quiero nada más». Únicamente quiero eso.
Paco: Entonces aquí está muy bien que lo hayas explicado porque sino… Y como bien dices, es algo a nivel cuántico, porque yo no lo había pillado.
Roi: Ya, ya. Es que, claro, hay mucha ambigüedad. Pero, bueno, Paco, seguimos adelante y vamos a la siguiente frase. ¿Cómo dice?
Paco: Vale, pues dice «Estoy a cargo de mi abuela». Repito, «Estoy a cargo de mi abuela». ¿Qué significa eso?
Roi: Vale, «estar a cargo de» es que tú te ocupas de algo.
Paco: Tienes razón.
Roi: Pero también es que alguien se ocupa de ti.
Paco: Es decir, si digo que estoy a cargo de mi abuela, puede ser que yo cuido a mi abuela. Yo me encargo de mi abuela porque está enferma o algo así. O también puede ser. Mi abuela me cuida a mí. Mi abuela se ocupa de mí.
Roi: Sí y en esta frase estoy a cargo de mi abuela. No podemos saber quién se ocupa de quién, quién cuida a quién. No lo sabemos porque no hay ningún tipo de contexto ni explicación. Entonces, puede ser que tu abuela te cuide a ti o puede ser que tú cuides a tu abuela porque significa las dos cosas.
Paco: Exactamente. No se puede saber. Y como no se puede saber, necesitas más contexto. Y si no hay contexto, pues te pones triste. Te pones triste porque no sabes a lo que se refiere la otra persona.
Roi: Ya y por eso, a veces, el contexto es superimportante. Vale, pues siguiente frase «Compré un coche rápido».
Paco: «Compré un coche rápido», venga, a ver, a ver, explícate.
Roi: Pues que lo compré rápidamente, ¿no? Se había estropeado mi otro coche y por eso compré un coche rápido. Lo necesitaba ya, por eso lo compré.
Paco: Como algo improvisado. Sin pensar demasiado. Sin meditarlo.
Roi: Muy rápido. Muy rápido. Estoy sin coche. Tengo que comprar un coche rápido.
Paco: Pero también puede ser otra cosa.
Roi: Puede ser que quisiera un coche rápido. Quería un coche rápido, rápido.
Paco: Como un Ferrari. Un Ferrari y lo querías en el momento.
Roi: Exactamente. Entonces compré un coche rápido. Es ambiguo porque rápido puede significar de forma rápida. De manera rápida, de manera improvisada o de repente, ¿no? Lo querías ya. O puede ser el adjetivo que va con coche. Un coche rápido, un coche muy veloz, un coche que va a altas velocidades. Entonces, depende, depende. Si yo digo «Ah, se me estropeó el coche y por eso tuve que comprar un coche, rápido».
Paco: Y de broma hemos dicho un coche rápido, rápido. Es decir, un coche muy rápido, que va a una gran velocidad, un Ferrari, por ejemplo, con mucha prisa porque no tenías tiempo y necesitabas un coche para utilizarlo en ese mismo momento casi.
Roi: Claro, así es. Pero hay que decir que esto no se suele decir así. Y de hecho, aquí… Bueno, es una frase que no se dice mucho. No solemos decir un coche rápido. No sueles ir al concesionario y decir, «hola, quiero un coche rápido». No suele ser lo habitual, creo.
Paco: ¿No? Bueno, si tienes mucho dinero, sí, te lo compras rápidamente, sin hablar con el banco.
Roi: Bueno, ya sigue Paco jugando a este juego de ambigüedad. Me refería a un coche veloz. Es un adjetivo que, aunque lo hemos usado para este ejemplo, es cierto que no solemos usarlo tanto porque generalmente quieres un coche seguro, quieres un coche con asientos calefactables, un coche eléctrico.
Paco: Y al final, Roi, lo de la velocidad y la rapidez es muy muy subjetivo, porque para mí un coche que alcanza los 150 kilómetros por hora ya, ya es veloz, ya es rápido.
Roi: Ya es rápido, para mí…
Paco: No necesariamente tiene que ir a 250 kilómetros por hora.
Roi: Exacto. Y hace 30 años la gente iba con coches que en su época eran superrápidos y ahora son los más lentos, ¿sabes? Y es como curioso cómo hemos cambiado nuestra forma de ver las cosas. Un coche que hace 40 años era muy rápido, hoy en día es como, «Ah, 70 caballos. No me llega, no me llega para la autovía«. Pero, a ver, hace 40 años todo el mundo conducía con esos coches y no pasaba nada.
Paco: Y hace más la gente iba caminando o a caballo.
Roi: Sí, sí, sí, sí, sí. Bueno, pues pasamos a la siguiente frase, Paco.
Paco: Venga, pues la siguiente es «Alquilo un piso en el centro». Repito, «Alquilo un piso en el centro».
Roi: Y aquí la ambigüedad es por el verbo alquilar. «Alquilo un piso en el centro».
Paco: ¿Eso qué significa? ¿Que estás viviendo de alquiler? Es decir, le pagas un dinero, cierto dinero a un propietario para que te deje vivir ahí o tú tienes un piso y lo ofreces para que otra persona pueda vivir ahí.
Roi: Lo alquilas. Tú alquilas un piso para que viva otra persona. Pues no lo sabemos. No lo sabemos. Nos, nos tienen que dar más información porque solo con esta frase no podemos saber cuál de las dos situaciones es. «Alquilo un piso en el centro», podría ser el título de un anuncio de alquiler. «Alquilo un piso en el centro con vistas al Parque del Retiro por 1.000 €».
Paco: Por 1. 000 €. Bueno, creo que incluso más alto, porque los precios por Madrid están por las nubes. Pero tengo que decirte que si yo escucho esta frase o esta oración rápidamente, sin contexto, lo primero que se me viene a la cabeza es que estoy viviendo de alquiler. Es decir, si yo digo «alquilo un piso en el centro», digo que yo vivo de alquiler. Es la primera impresión que me viene, pero también puede ser la otra que decíamos.
Roi: Yo creo que también y creo que es porque es más común. Es más común que tus amigos o la gente que conoces, pues, vive de alquiler, pero es menos común que una persona alquile un piso, es decir, que sea propietaria de un piso y lo alquile a otras personas. Existe, por supuesto, pero es menos común ¿no? Si en tu grupo de amigos diez personas viven de alquiler, es normal, pero luego que una tenga un piso en propiedad y lo alquile a otras personas no es tan común. Es algo un poco más raro.
Paco: Ahí está, porque como ya hemos explicado en alguna ocasión, ahora en España es mucho más habitual alquilar un piso que tenerlo en propiedad.
Roi: Sí, es algo curioso, porque… Un día podemos hablar de esto, Paco, porque sí que es cierto que en España siempre ha sido un país de de ser propietarios, pero los jóvenes ya no compran tantos pisos. Pero yo creo que no es por el cambio de cultura, sino que es porque…porque los precios son muy altos ahora mismo.
Paco: No es porque, no queremos ser propietarios, la libertad de poder vivir en cualquier lugar. No, no, no, es que los pisos están caros.
Roi: Todos mis amigos querrían tener un piso en propiedad, pero es que ahora los precios están por las nubes. Pero ese es tema para otro episodio. Paco…
Paco: Lo apuntamos por aquí, que no se nos olvide.
Roi: Pues lo voy a apuntar porque realmente luego me olvido. Hablar de pisos.
Paco: Bien, bien, ya tenemos tema, pero, Roi, es tu turno, porque yo he dicho esto de alquilar un piso en el centro y te toca a ti.
Roi: Vale, pues la frase dice así «El perro de mi vecino es muy molesto».
Paco: Uy, uy, bueno. ¿Qué es que ladra mucho, que hace mucho ruido por las noches? ¿Es un perro un poco rebelde?
Roi: Sí, puede ser un perro o puede ser la persona, puede ser el vecino el que es molesto. Bueno, vamos a explicarlo, pero sí que es cierto que lo normal es entender que hablo de «el perro de mi vecino», es decir, mi vecino es dueño de un perro y ese perro molesta. Por eso digo que «el perro de mi vecino es muy molesto», pero, Paco, puede significar otra cosa. Puede haber otro significado que es más sutil y menos común, pero podría ser. Y es que perro es una palabra que podemos decir de una persona. Yo puedo decir que mi vecino es un perro y si digo eso es…
Paco: ¿Qué es que tu vecino es un chihuahua o es un bóxer?
Roi: Sí ahora le…
Paco: ¿Le gusta disfrazarse de perro en carnaval?
Roi: Es que ahora los perros son los dueños de las viviendas. Paco, por eso los jóvenes no pueden comprarlas, son los chihuahuas, los border collies. Bueno. No, no, no, no, no es un border collie, no es un chihuahua, no es un bulldog francés, no, es… Cuando digo que… Es que me haces reír, Paco, y no puedo trabajar.
Paco: Y a mí ahora me has hecho gracia con lo de un bulldog francés, no un bulldog inglés, sino un bulldog francés.
Roi: Es que no estaba seguro, no estaba seguro. Claro, bulldog es en general y luego hay tipos de bulldog. Vale, vale. Bueno, pues la cuestión. Puedo decir que una persona es un perro. Es decir, mi vecino es un perro y es una forma de decir que mi vecino es una persona despreciable, es mala persona. Es como un insulto cuando usamos la palabra perro referida a una persona.
Paco: Sí, como alguien despreciable. Pero también lo puedes entender como una persona vaga. Por ejemplo, yo cuando era adolescente era un poco perro porque no me gustaba estudiar. ¿También se puede entender de esa manera?
Roi: Claro, depende del contexto. Esta típica palabra que dependiendo del contexto tiene diferentes significados. Entonces, si yo digo «el perro de mi vecino es muy molesto», puede ser que simplemente me estoy refiriendo a mi vecino y digo «el perro de mi vecino», es decir, «el cabrón de mi vecino, el sinvergüenza de mi vecino es muy molesto». Sería otro posible significado. Es cierto que lo más común, lo más normal, es entender que hablo del perro, que hablo del animal. Pero podría ser eso, «el perro de mi vecino, el cabrón de mi vecino».
Paco: Y otra cosa que sería incluso peor es que tanto el perro de tu vecino, es decir, su mascota, fuera molesta, como que tu vecino fuese también una persona despreciable. Entonces tendrías ahí una combinación bastante tremenda, bastante terrible, porque tendrías dos vecinos malos, no solo el hombre, sino también el perro.
Roi: Y tendrías que decir «el perro de mi vecino es muy molesto y el perro de mi vecino también es muy molesto».
Paco: Sí, pero eso ya sería rizar el rizo, sería ir muy lejos.
Roi: Como decíamos antes. Español cuántico. Necesitas un acelerador de partículas para entender estas frases.
Paco: Venga, pues si quieres, Roi, vamos con la última, a ver qué te parece la que tenemos por aquí. Y es que se trata de «La música del vecino me vuelve loco». Continuamos con el vecino, nos vamos a seguir metiendo con él. Y repito la frase «La música del vecino me vuelve loco».
Roi: Vale, me vuelve loco. Ambiguo esto, ¿no? Te vuelve loco. Yo, como suelo pensar mal sobre los vecinos, yo si me dices esto pienso que que te está volviendo loco en el sentido de que estás harto de la música del vecino. Te vas a volver loco por culpa de esa música. Realmente se te va a ir la cabeza porque te está, te está afectando mucho, te está molestando mucho. ¿La odias, esa música?
Paco: Exacto. Esa es una de las dos posibilidades. Es decir, que odias su música porque tiene un estilo musical, un gusto musical muy malo, pero también puede ser totalmente lo contrario. Imagínate que tu vecino está poniendo todo el día música rock y a ti te encanta la música rock. Entonces de esa manera podrás decir que te encanta la música del vecino, la música del vecino te vuelve loco.
Roi: Vale, perfecto, porque volver loco tiene esos dos significados. Es cuando algo te molesta, te enfada mucho, cuando odias algo. Pero también puede significar que algo te encanta. Es curioso. La misma expresión tiene dos significados opuestos.
Paco: Por ejemplo, tú me vuelves loco. Me vuelves loco. No sé qué hacer contigo. ¿Esto cómo lo entiendes? ¿De una manera positiva o negativa?
Roi: No lo sé. No podemos saberlo porque puede ser que estás enamorado de mí, ¿no? Te vuelvo loco o realmente te vuelvo loco. Piensas dios, Roi me molesta tanto. Me vuelve loco, de verdad. Yo creo que son los dos, Paco. Entre tú y yo nos volvemos locos mutuamente, en el sentido de que nos amamos y nos odiamos al mismo tiempo.
Paco: Tenemos una relación de amor odio. Es también bonito eso. ¿No crees?
Roi: Sí, yo creo que sí. Porque solo amor no me convence y solo odio, por supuesto que no.
Paco: Entonces lo dejamos ahí. Decimos que nos volvemos locos y que cada uno entienda lo que le apetezca.
Roi: Claro, está abierto a interpretaciones. Y, Paco, aquí finalizamos este episodio de ambigüedades.
Paco: Lo dejamos aquí y voy a dejar que disfrutes de tu café solo, ya que sé que a ti te gusta mucho el café. Entonces en este caso un café sin leche o un café sin compañía.
Roi: No, no, un café sin compañía. A mí me gusta el café con leche. El café tiene que estar acompañado de otro material, pero no de personas. Las personas que se queden en su casa.
Paco: Muy bien, Roi. Pues nada, lo dejamos aquí. Voy a hablar con ese vecino que me vuelve loco y vamos a disfrutar de una buena fiesta con su música.
Roi: Eso es, eso es. Venga, nos vemos la semana que viene. Cuídate mucho. Adiós.
Paco: Un abrazo para todos. Adiós.
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