Distinguir
idiomas: transcripción
¿Qué padres no desearían
saber lo que sus bebés tratan de decirles?
Pero los recién nacidos no
empiezan a hablar como mínimo hasta que cumplen un año.
Eso sí, antes adquieren
otras habilidades. Los bebés de entre 4 y 6 meses pueden distinguir idiomas
visualmente sin escuchar sonidos solo con los gestos faciales que hacen las
personas al hablar. Un equipo del Parque Científico de la universidad de
Barcelona en colaboración con la universidad British Columbia de Vancouver en
Canadá, ha realizado una investigación.
La finalidad del estudio
es justamente la de intentar averiguar cómo los seres humanos en un período de
tiempo tan corto como es uno o dos años de vida somos capaces de aprender las
lenguas y lo que pone de manifiesto de una forma que encontramos bastante
sorprendente es que la capacidad que los bebés tienen para utilizar la
información visual para aprender una lengua es importante.
En la investigación los
bebés ven vídeos mudos de caras que hablan en inglés. Al cabo de un tiempo el
bebé se distrae porque ya se ha habituado a la información visual. Cuando los
bebés ven las mismas caras que hablan en francés de nuevo prestan atención. Por
tanto, han sido capaces de percibir que los rostros han cambiado de idioma.
Los niños bilingües
mantienen esta capacidad, pero no los que viven en entornos en los que se habla
una sola lengua.
Otros mamíferos también
distinguen idiomas, pero eso sí, tienen que oírlos. Un equipo de investigadores
de la universidad de Barcelona ha demostrado que las ratas pueden diferenciar
el japonés del holandés.
El holandés se distingue
mucho del japonés en cuanto a su ritmo. Entonces en el experimento la única
forma que ellas tenían de discriminar entre los dos lenguajes era detectar su
ritmo y así poderlos discriminar.
En la investigación se
dividen las ratas en dos grupos. A uno se le entrena en holandés y al otro en
japonés. Después del entrenamiento los dos grupos escuchan frases diferentes de
los dos idiomas. Las ratas presionan una palanca cuando oyen el idioma en el
que han sido entrenadas y a cambio reciben una recompensa. Una bolita dulce.
Realmente todavía nadie
puede dar una respuesta definitiva a por qué los animales no se pueden
comunicar con un lenguaje como el humano. Sin embargo, investigaciones como...
como la nuestra lo que intentan dar es un paso adelante en resolver esta
cuestión mostrando que hay algunos mecanismos que son importantes para
nosotros, que los compartimos con otros animales.
Así que, si tu mascota no
te entiende, tal vez deberías hablarle en otro idioma.
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