vendredi 20 décembre 2024

Cours de conversation en espagnol du 20 décembre

El escritor estadounidense Charles Dudley Warner dijo: “La excelencia de un regalo reside en su conveniencia y no en su valor.” Precisamente de regalos es de lo que vamos a hablar en el episodio de hoy.

Hoy hablamos de los regalos.

Si lo piensas, los regalos son algo que tiene mucha magia. Es algo que alguien se ha preocupado de buscar y comprar específicamente para una persona, y luego lo ha envuelto con todo el amor para que no se sepa qué es hasta el momento en que se abre. Está envuelto para mantener el misterio y la sorpresa. Y las caras de la gente cuando abre los regalos… eso es un placer infinito. Esa ilusión, esa sorpresa, darse cuenta de que alguien se ha acordado de aquella cosa que nombraste una vez, sentir que quien te ha hecho ese regalo te conoce casi mejor que tú mismo. Es pura magia y puro amor. Así que, si te parece, hoy vamos a hablar de eso, de los regalos, porque seguro que estás comprando regalos para Navidad.

Vamos a ver qué nos dice el diccionario. ¿Cuál es la definición de regalar que aparece en el diccionario? “Dar a alguien, sin recibir nada a cambio, algo en muestra de afecto o consideración o por otro motivo”. Vamos a repasar una vez más lo que dice: dar algo a alguien sin esperar nada a cambio. La verdad es que es una definición preciosa, ¿no te parece? Preciosa, pero… creo que no es real del todo. ¿Por qué digo esto? Porque estoy seguro de que a todos nos pasa lo mismo: buscamos el regalo perfecto, pero, aunque estemos convencidos del regalo, siempre hay una duda: ¿le gustará? Por eso, cuando entregamos el regalo, siempre decimos cosas como “espero que te guste”, “si no te gusta se puede cambiar” o “lleva el ticket regalo”. Entre el momento en que entregamos el regalo y la persona en cuestión abre el regalo, hay unos segundos de tensión, donde tu mente piensa: ¿me habré equivocado?

Además, la definición dice que no esperamos nada a cambio pero, seamos realistas, a veces, cuando haces regalos, esperas que en el futuro la otra persona piense en ti y te haga un regalo de similares características, ¿no? Si a tu pareja le regalas unos calcetines y ella te regala un buen reloj, quizá tu pareja se quedará un poco decepcionada, porque los calcetines, aunque están bien, es un regalo un poco simple.

Qué cantidad de emociones hay alrededor de los regalos, ¿verdad? De hecho, hay estudios científicos en torno al acto de regalar y de que te regalen. ¿Qué pasa en nuestro cerebro? Fíjate que en nuestro cerebro ocurren una serie de reacciones químicas donde entran en juego la dopamina, la serotonina, las endorfinas o la oxitocina. 

Por ejemplo, la oxitocina, que es conocida como la “hormona social”, está presente en nuestras relaciones sociales o en relaciones de confianza con otras personas. Se libera en situaciones como cuando damos un abrazo o cuando damos un regalo. La serotonina también se libera para proporcionarnos bienestar, y, por ejemplo, se libera cuando estamos tranquilamente escuchando música. La serotonina cobra importancia cuando recibimos un regalo, ya que ese regalo hace que nos sintamos importantes, que nos sintamos bien y, así, aumenta nuestro nivel de felicidad. Evidentemente, y tal como decíamos antes, la ciencia confirma también esa sensación de estrés y ansiedad que provoca el no saber si a la otra persona le va a gustar su regalo.

Vamos a hacernos ahora la pregunta más crucial de todas: ¿existe el regalo perfecto? Y para responder a esta pregunta, primero permíteme que te haga yo a ti una pregunta. Tómate unos segundos y piensa: ¿cuál ha sido el mejor regalo que te han hecho en tu vida? Lo sé, es más difícil de lo que parece responder a esto. ¿Lo tienes ya? Yo pienso en algunos regalos que recibí cuando era un niño, como juguetes o también recuerdo unas Navidades en las que mis padres me regalaron mi primera bicicleta. En cuanto a tu regalo, oyente, no puedo saber cómo era tu regalo favorito ni qué era. Pero lo que sí puedo intuir es que, cuando recibiste ese regalo, sentiste que la persona que te lo hizo te conocía bien, te había escuchado y observado y sabía que ese regalo era lo que necesitabas, lo que querías o algo que iba completamente con tu personalidad.

Sobre el regalo perfecto también hay muchos estudios, y vamos a ver algunas de las características que tiene el regalo perfecto. Una de las claves es que solemos pensar que un buen regalo es aquel en que nos gastamos mucho dinero, y en realidad, el dinero no tiene nada que ver con esto. El regalo perfecto tiene que ver con escuchar, observar, empatizar y prestar mucha atención a los intereses del otro. Sobre todo, poner los intereses del otro por encima de los tuyos. Porque, seamos sinceros, hay gente que compra un regalo que piensa que está genial, pero viéndolo desde su punto de vista. Tenemos que ponernos en la piel de la otra persona para poder hacer un buen regalo.

Está claro que, para no fallar nunca, se puede regalar exactamente lo que te han pedido. Eso es un acierto seguro, por mucho que a ti no te guste lo que estás regalando. Aunque es verdad que esto también quita un poco la magia de los regalos, porque la persona ya sabe exactamente lo que va a recibir. Tengo sentimientos encontrados sobre este tema, porque, por un lado, me parece práctico hacer una lista de cosas y que la gente te regale esas cosas, pero, por otro lado, me parece que se pierde la sorpresa y la emoción. Y sí, también elimina la decepción de cuando nos regalan algo que no nos gusta, pero, eso es la vida, ¿no? Alegrías y decepciones. Creo que esto está bien cuando eres niño, porque pides un juguete que te hace mucha ilusión recibir, pero cuando eres adulto hace que se pierda la gracia de recibir un regalo.

Otro de los errores que se suelen cometer es hacer regalos basados en la espectacularidad y la sorpresa al abrirlos. Está muy bien ver la cara de sorpresa, pero no siempre es lo fundamental. Quizá decidiste regalarle un dron a tu hermano, sin embargo, no suele hacer muchas fotografías ni vídeos. Es espectacular, sí, pero no siempre algo espectacular es el mejor regalo.

Una gran duda que hay a la hora de hacer regalos es: ¿regalos materiales o experiencias? Una vez más, depende de la persona. Yo soy de la opinión que las experiencias son los mejores regalos. Al regalar experiencias, se regala algo más. No estoy hablando solo de cosas loquísimas de aventuras, sino también de entradas para un concierto, una noche de hotel, una cena, una actividad o cualquier experiencia que se te ocurra. Y si queremos que la ciencia avale nuestro regalo, debes saber oyente que hay bastantes estudios que afirman que somos más felices cuando gastamos nuestro dinero en experiencias que en productos, así que regalar experiencias puede hacer más feliz a la otra persona.

Sin duda, otra de las cuestiones fundamentales a la hora de que un regalo sea perfecto es que sea un regalo sentimental. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que hay regalos que pueden ser muy baratos o muy pequeños, pero que hacen referencia a los sentimientos o a los recuerdos de la persona que lo recibe. Entonces, no siempre “caro” es igual a “buen regalo”, a veces un pequeño detalle puede tener un montón de carga sentimental y puede ser un regalazo.

Si lo piensas bien, no hay buenos o malos regalos así en general; hay buenos y malos regalos para cada persona. Lo básico cuando regalamos es simplemente pensar en la persona a la que le vas a regalar, de la misma manera que esperas que piensen en ti cuando te regalan. Lo maravilloso es que, cuando alguien abra tu regalo, te mire pensando: “me conoces perfectamente”, y no pensando: “no me conoces nada.” Así que, oyente, a la hora de regalar, observar, escuchar y empatizar es un acierto seguro.

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