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Sí, existe un campeonato mundial de abrazar árboles en Finlandia y puedes participar desde tu casa
La vida, nuestro día a día, va demasiado deprisa. Parece como si viviéramos en una contrarreloj permanente, en la que al llegar primeros nos dan un premio. Por eso, para contrarrestar esa velocidad, necesitamos buscar cosas que nos permitan parar y que nos conecten de nuevo con el mundo. Y de un campeonato que trata de buscar esa calma es de lo que vamos a hablar en nuestra primera noticia de hoy.
Para conocer esta noticia, nos tenemos que ir a Laponia, en Finlandia, y más concretamente a un bosque llamado HaliPuu. ¿Qué vamos a encontrar en ese bosque? Pues seguramente muchas cosas, pero lo que nos interesa a nosotros son los árboles, porque son los protagonistas de este campeonato. Sí, es un campeonato llamado Campeonato Mundial de Abrazadores de Árboles, que reúne a gente de todo el mundo cada verano con la finalidad de abrazar árboles.
Y seguramente te estarás preguntando, ¿cómo se puede saber quién es el mejor abrazando árboles?, ¿cuáles son las cosas que se valoran? Pues lo cierto, oyente, es que este campeonato está compuesto por tres pruebas diferentes.
La primera de ellas es la denominada Speed Hugging, y como puedes intuir por el nombre, es una prueba de velocidad. La base de esta prueba es abrazar el mayor número posible de árboles en un minuto, teniendo en cuenta que cada abrazo debe durar al menos cinco segundos. Pero cuidado, porque no solo es una prueba de velocidad, en ese breve espacio de tiempo, los participantes también deben ser capaces de mostrar conexión y respeto por el árbol.
La segunda prueba es la conocida como Dedication, donde los participantes deben elegir un árbol y abrazarlo con respeto, dedicación y mostrar conexión con el árbol elegido durante un minuto. La idea tras esta prueba es ser capaces de conectar con el árbol y transmitirlo a los jueces, pero también poder transmitir el vínculo que se establece entre las personas y los árboles.
Por último, está la prueba denominada Freestyle, y como puedes intuir, se trata de que cada participante muestre su respeto y conexión con los árboles de la manera más creativa y original posible. El participante tiene que expresar esa conexión única de manera también única. Aquí se puede ver de todo: desde acrobacias hasta personas que recitan poemas, o que visten de formas muy peculiares.
¿Quién fue el ganador? El ganador de esta edición fue Phan, un vietnamita que se desplazó desde Hanói hasta esos bosques. Dicen los jueces que les impresionó la entrega de Phan y su gran habilidad en cada una de las tres categorías. Por cierto, también participaba la ganadora del año pasado, una mujer alemana llamada Johanna.
Una cosa interesante de este concurso es que, si no puedes acudir a Laponia, puedes participar igualmente desde casa. ¿Cómo abrazas un árbol desde casa? Bueno, es otra parte del concurso donde tú puedes hacerte una foto abrazando un árbol y compartirla en redes sociales con una breve descripción de por qué es importante ese árbol en concreto para ti.
Desde la Asociación Mundial de Abrazadores de Árboles, que son quienes organizan este campeonato, dicen que esto es mucho más que un concurso. Lo que se busca es fomentar la conexión con la naturaleza y poner en valor la importancia y el impacto real que tienen los árboles, la naturaleza y nuestro entorno en nuestra salud física y mental. Porque, si lo piensas, hoy en día, pararte un minuto a conectar con la naturaleza, solo uno, parece un lujo. Pero, como leí una vez: si cierras los ojos y paras un solo minuto, cuando los abras de nuevo, el mundo seguirá igual. Así que, paremos, aunque sea un minuto, pero paremos.
Se convierte en detective por accidente y resuelve el misterio de un museo: “Estoy muy feliz”
Vamos con la segunda historia del día. ¿Sabes cuando intentas acordarte de algo, pero no te acuerdas, y no paras hasta que eso vuelve a tu memoria? ¿Sabes esa obsesión que se siente en la cabeza, que estás obsesionado buscando ese dato que no recuerdas? Pues de una historia que empieza con una obsesión así es de lo que vamos a hablar en la segunda noticia de hoy.
La protagonista de esta historia se llama Andreane Rellou, una actriz y guionista de Londres. Esta mujer, junto a su hermana, fue a pasar unos días a la localidad costera inglesa de Brighton, y allí visitaron el museo local. Durante su visita al museo, se encontraron con dos piezas de orfebrería realizadas por el joyero ruso Peter Carl Fabergé, conocido mundialmente por los archifamosos huevos de Fabergé, cada uno de los cuales cuesta varios millones. Pero no son los huevos lo que nos importa aquí. Entre las piezas de este joyero había dos portarretratos que contenían dos fotografías. Estas fotografías son lo que nos interesa a nosotros y a nuestra protagonista.
¿Por qué? Las fotografías eran de dos mujeres, ambas de identidad desconocida. Y aquí es donde comenzó la obsesión de nuestra protagonista. Ella se preguntó quiénes eran esas dos mujeres y se obsesionó con descubrirlo. Y no era tarea sencilla, ya que los investigadores lo habían intentado, pero no habían conseguido descubrir su identidad. Como Andreane dijo: “Me causó impresión el hecho de que la identidad de estas mujeres estuviera perdida. Por lo tanto, de manera inmediata, me sentí obligada a indagar más acerca del tema”.
Así que, cuando llegó a su hotel, y con esa idea fija en la cabeza, se puso a investigar. Pero claro, para iniciar las investigaciones había que tener algo que esta actriz tenía y que no tiene todo el mundo: conocimientos sobre historia de la moda. Escuchemos cómo describe ella el proceso de investigación: “Noté que la mayor de las dos mujeres rondaba probablemente los 40 años, y sus ropas y su peinado la situaban a principios de la época eduardiana (1901-1910). Los portarretratos de Fabergé eran muy valiosos, lo que me indicaba que ella debía poseer una riqueza y un estatus social considerables. Calculé que había nacido a principios de la década de 1860 y supuse que se habría casado en la década de 1880. Aparte, como yo soy del sur de Europa —originaria de Grecia—, tenía la corazonada de que la mujer no había nacido en Inglaterra —dadas sus características físicas—, lo que también me ayudó”.
Teniendo este contexto, se puso a investigar en los registros históricos, se puso a buscar matrimonios de la alta sociedad europea de la década de 1880. Y ahí fue donde encontró una fotografía muy parecida a una de los portarretratos. Era la de una boda del año 1881 entre el banquero inglés Leopold de Rothschild y la italiana Marie Perugi. Pues bien, esta mujer era una de las mujeres de la foto. Así que, tan solo cuatro horas después de su visita al museo, descubrió el misterio.
¿Quién era la mujer de la otra foto? Este misterio le llevó más tiempo resolverlo, varios días, pero finalmente, después de una investigación más larga, llegó a la conclusión de que era Sofía de Prusia, la reina consorte de Grecia. Como ella cuenta: “Comparé un montón de diferentes caras de la realeza y la clase alta de la época. Al final, descubrí que era Sofía de Prusia, nieta de la reina Victoria de Reino Unido. A ella le encantaba ir de vacaciones todos los años a Sussex”.
Ya ves, oyente, hasta dónde puede llegar la obsesión de una persona. Y yo solo pienso en lo aliviada que debió de sentirse cuando al final consiguió resolver el misterio.
¿El peor ladrón del mundo? Entra en una casa, se topa con un libro interesante, se distrae leyendo y la policía llega para detenerlo
Llegamos a la última historia del día. Ser ladrón parece cosa sencilla, pero como veremos en la última noticia de hoy, no es tan fácil como parece.
Lo único que sabemos del protagonista de esta historia es que es un ladrón de 38 años que aparentemente entró a robar en una casa de un barrio de Roma, en Italia. El hombre escaló por un balcón y entró en una casa. Está claro que, a priori, parece que su idea era robar. Pero allí dentro ocurrió de todo, menos un robo. El hombre, cuando estaba dentro de la casa, en una de las habitaciones se encontró con un libro titulado Dioses a las seis. La Ilíada a la hora del cóctel. Este libro le llamó la atención, es un libro que trata sobre mitología griega. Entonces, el hombre, en lugar de robar o hacer lo que se supone que quería hacer en esa casa, cogió el libro, se tumbó en la cama y se puso a leerlo.
A todo esto, el dueño de la casa, un hombre de 71 años, estaba dentro de la casa, es decir, la casa no estaba vacía. Este hombre empezó a escuchar ruidos en la habitación. Se acercó con precaución y vio a un hombre leyendo en su cama. Después de superar el impacto que debe de ser ver a un desconocido tirado en tu cama leyendo, el hombre llamó a la policía. Cuando la policía llegó, lo encontró en la misma posición, leyendo y con una bolsa llena de ropa lujosa a su lado, supuestamente robada en otro domicilio.
El hombre no opuso resistencia y explicó que no había entrado a robar en esa casa, que solo quería descansar y recuperarse tras una caída que había tenido. Como te podrás imaginar, esta historia se ha vuelto viral, y a este hombre ya se le conoce como “el peor ladrón del mundo”. Está claro que, si su intención era robar, no lo hizo demasiado bien. Y yo ahora solo puedo pensar en si le habrán dejado llevarse el libro para que lo terminara en la cárcel. También ahora tengo ganas de leer ese libro, porque parece que es bastante bueno.
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