Los siete pecados de
nuestra memoria (1): transcripción
■ Hola, mamá.
□ Hijo... ¿me oyes?
■ Sí, sí, mamá, sí.
□ ¿Sabes qué día es hoy?
■ Sábado, mamá.
□ Sábado, pero que sábado ni qué niño muerto.
■ Ah, ¿no?
□ No. ¿No recuerdas que me
prometiste llevarme a la exposición de bonsáis
hoy?
■ ¡¿Bonsáis?!
□ ¿Cómo no te vas a acordar? No sé que el día te hice croquetas
de pollo y todo. Esas que te gustan tanto.
Y miramos por
Internet lo del concurso de bonsái. El que pienso
ganar. Porque a mí a bonsái no me gana nadie.
Porque a mí a bonsái no me gana nadie.
Porque a mí a bonsái no me gana nadie. Porque a mí a bonsái no me gana nadie.
● ¿Quién llama a estas horas
de la mañana?
■ ¿Quién va a ser? Pues yo.
● Y ahora, ¿qué quiere?
Le recuerdo que
anoche bebió mucho. Su conciencia dice que demasiado. Así que no me venga ahora con exigencias, ¿de acuerdo?
■ De acuerdo, sí, sí.
● Por cierto, dejó el coche aparcado en doble fila.
Tal vez debería ir a ver si le han
puesto una multa.
■ Oye, ¿y tú sabes algo de unos bonsáis y de unas
croquetas de pollo de mi madre?
● Ni idea.
■ ¿Cómo que ni idea?
● Si tuviera que acordarme de todo lo que usted hace
me colapsaría.
No espera que me
acuerde de los calcetines que lleva el día de su comunión, ¿verdad?
■ No, supongo que no, pero...
● Hay que seleccionar la información que guardo. No
puedo con todo.
Yo diría que los bonsáis de su madre no son algo de la máxima prioridad, ¿no? Cosa que entiendo
perfectamente.
■ Pues ella bien que se acuerda, ¿eh? No sé, ¿no tendrás una papelera de
reciclaje como los ordenadores o algo así?
■ Pues, no me acuerdo mamá, no. Pero ahora voy.
□ Por cierto que el otro día fui a la pescadería y no te puedes
imaginar lo que se ha acordado la hija de la pescadera.
Que yo creo que debe
ser un problema hormonal o algo así.
■ ¿Dónde has dejado las llaves del coche?
● Y a mí, ¿qué me cuenta?
Esto lo pasa por no
estar atento a lo que hace. Quiere hacer varias cosas a la vez y luego pretende
que yo me acuerde de todo.
Y así no se trabaja. No, señor. Si no se fija en lo que
hace yo no puedo saber dónde ha puesto las llaves.
Tendrá que buscarlas de nuevo.
■ ¡Pues vaya memoria
de pez que tengo!
● Memoria de pez, dice.
Este no sabe todavía todo lo que me ha
de agradecer. Pero pronto lo sabrá.
Los siete pecados de
nuestra memoria (2): transcripción
■ Mamá, hola...
□ ¿Qué haces, hijo?
■ Estoy fregando los azulejos del baño.
□ ¿Con lejía y agua caliente?
■ Sí, mamá, sí, como tú me dijiste que lo hiciera, sí.
□ Pero, ¡qué dices! Eso no te lo
dije yo, sino tu tía Angustia. ¿No te acuerdas?
● Chúpate esa, listillo.
■ Es culpa tuya. No haces tu trabajo como deberías.
● ¿Ah no? Pues ¡prueba
a hacerlo tú!
■ Confundes las fuentes de información.
□ Hijo, hijo, ¿me estás oyendo?
■ Sí, mamá, sí. Te oigo, sí.
■ Pues
nada, tú ya sabes que a mí no me gusta criticar,
pero resulta que la vecina está preparando la comunión de su hija
y me ha pedido que me
encargue de bordar unas florecillas...
¡Cumpleaños feliz! ¡Cumpleaños
feliz! Te deseamos todos cumpleaños feliz.
Mamá, un tiburón. Que me ha picado un tiburón.
■ Sabes
de qué me acabo de acordar, mamá. De esa vez que me
picó una medusa y yo creía que era un tiburón
y no me quise volver
a bañar en todo el verano.
□ Pero,
¡qué dices! A quien le picó la medusa fue a tu hermano.
■ ¿Cómo?
□ Y
no vea cómo se le hinchó. Tenía la pantorrilla que parecía un chorizo de
Cantimpalos.
■ Serás
cretino. Me has mentido. Te inventas mis recuerdos.
● Tranquilícese. Piense que cada
vez que recuerda en realidad lo que me encarga hacer es reinventar de nuevo lo
vivido.
Tengo que hacer
malabares para unir todas las piezas y construir una historia. Sobre todo
cuando es tan antigua.
■ ¿Sí? ¡Qué morro tienes!
□ Por
cierto, ayer me encontré con esa chica tan mona con la que salías.
■ ¿Cuál? Con...
□ Se
ha engordado un poco.
■ ¿Susana?
□ Otra
como la hija de la pescadera. Que en cuanto tengan críos se van a quedar
como una mesa camilla.
■ No
sé porque la dejé, no...
□ Es
que es de cadera ancha y...
■ Con
lo bien que nos llevábamos.
● Pero,
¿qué tonterías está usted diciendo?
■ ¿Que no ves que
estoy hablando por teléfono?
● Si
se llevaban a matar. Y además lo dejó ella.
■ No,
no. Perdona. Eso no es verdad. Además conservo muy buenos
recuerdos de ella.
● Lo
que pasa es que no recuerda los malos.
■ ¿Qué?
● Venga
conmigo.
● De
esos me he encargado yo.
■ ¡Vaya! No recordaba
que los compañeros del parvulario me metieron en el cubo de la basura.
■ Ni
aquella vez que me hice pipi estando de campamento.
■ ¡Susana!
¿Me dejas en paz? ¡No
quiero volver a verte nunca más!
■ Sí,
efectivamente. Ella me dejó.
● Venga,
venga, no se mortifique más. Y deje que me encargue de gestionar estos
asuntos.
Confíe
en la memoria, que es sabia. Así vive mejor y está más tranquilo.
■ Un
momento, también recuerdo cosas malas. Como aquella vez que se enfadó
tanto conmigo que estuvo semanas sin hablarme.
● Bueno,
eso es porque no le he dejado olvidarlo. Porque fue una lección para usted.
■ Claro,
si recuerdo esto, puedo aprender a no cometer el mismo error otra vez.
● Exacto.
Esa es la clave.
■ Ahora
sé lo que tengo que hacer. Quizás puedo volver a
intentarlo, ¿no?
● Tiene
razón.
■ Ah,
gracias por todo, ¿eh?
● Y
ahora me da las gracias. ¡Qué ingratos son los humanos! En un instante se habrá olvidado
de todo lo que ha ocurrido.
■ Susana... Susana...
Susana. Borré su número y no recuerdo cuál era.
■ Seis...
Creo que empieza por seis.
● Todos
tienen un seis.
■ Ah
ya... Hay más de un seis.
● No...
■ Ayúdame.
Dame alguna pista, no sé.
● Hay
un nueve además. Un nueve...
■ Un nueve, pero ¿y el
orden?
vocabulario :
colapsar = s’effondrer
azulejos = faillance
listillo = que sabe más que nadie
malabares = jonglerie
Mesa Camilla = table ronde
cadera = hanches
parvulario = école maternelle