El sentido de pertenencia
Seguimos hablando de relaciones, y en este caso nos centraremos en algo tan importante como es sentirnos parte de un grupo. Como dijo el filósofo y escritor estadounidense Martin Seligman: “El sentido de pertenencia forma parte del bienestar, necesitamos sentir que formamos parte de algo.”
Hoy hablamos del sentido de pertenencia.
Si te parece, oyente, vamos a viajar por un momento a la adolescencia, esa etapa tan divertida y extraña. Soy consciente de que todos somos diferentes, pero creo que la mayoría de nosotros hemos pasado por situaciones más o menos parecidas en esa época. Así que voy a generalizar un poco.
En la adolescencia, el que más y el que menos está un poco perdido, no solo porque tu cuerpo está cambiando, sino porque tú, tus intereses y tu personalidad se van formando. Suele pasar que hay un momento en que piensas que nadie te entiende, que no perteneces a ningún lugar. Tu familia, ese sitio seguro y casi tu único círculo desde que naciste, ya no es suficiente, necesitas encontrar tu propio camino y tu propia gente. Esa gente que sientes que te entiende mejor.
Empiezas a vagar por el mundo con cierta melancolía, sintiendo que estás solo, que nadie te entiende. Y entonces, como si hubieras tardado una eternidad en atravesar un bosque lleno de maleza, se despeja la última hoja y llegas a un claro del bosque. Con esta metáfora, hablo de esa alegría y esperanza que representa encontrar a un grupo de gente que tiene los mismos gustos que tú, los mismos intereses que tú, las mismas ideas que tú y que te comprenden y conectan contigo. En ese mismo instante, piensas que ya has encontrado tu lugar en el mundo, eso es el sentido de pertenencia.
Vamos a empezar por el principio y nos hacemos la pregunta: ¿qué es el sentido de pertenencia? Es la necesidad que tenemos todos los seres humanos de formar parte de un grupo, de una comunidad o cualquier otro entorno social específico. Esto ocurre mediante un acto de identificación, es decir, que el individuo se identifica con los otros miembros del grupo, ya sea por características comunes, gustos, valores, metas, intereses o cualquier otra cosa que te identifique. Es la sensación de sentirte parte de algo. Es crucial para nuestro desarrollo y nuestra identidad, además de que influye en nuestra forma de comunicarnos, de enfrentarnos al mundo, en nuestro comportamiento y nuestras emociones.
Fíjate que el sentido de pertenencia va evolucionando con nosotros. En un primer momento, nuestro sentido de pertenencia se limita a nuestra familia y a nuestros cuidadores. Conforme vamos creciendo, ampliamos nuestros grupos, y tenemos que interactuar y encontrar estos vínculos fuera de casa. Y ahí empieza el sentido de pertenencia a un colegio, a un grupo de amigos y otros entornos sociales (equipos deportivos, agrupaciones, iglesias, etc.).
Como decíamos al principio de todo, cuando llegamos a la adolescencia, es ese momento en que ya no solo encontramos ese sentido de pertenencia en un grupo de amigos, sino que en muchas ocasiones lo encontramos en eso que se conoce como tribus urbanas, o en grupos de gente con los mismos intereses que los tuyos.
Cuando pasamos la adolescencia y nos hacemos adultos, seguimos necesitando encontrar ese sentido de pertenencia en el trabajo, en la comunidad donde vivimos, en amigos, en la familia que creamos o en cualquier entorno social. Algo importante es que estos grupos de pertenencia, en muchas ocasiones, no son estáticos, sino que van evolucionando y cambiando con nosotros.
De esta manera, a grandes rasgos, podríamos decir que podemos encontrar tres tipos diferentes de pertenencia. Tendríamos la familiar, la social y la cultural.
La familiar, como su propio nombre indica, es la conexión que tienes con tu familia. Es crucial porque es nuestro primer sentido de pertenencia y en la mayoría de los casos es un punto de anclaje. Un lugar seguro que te permite crecer con la seguridad de que hay un sitio donde perteneces y donde te van a cuidar. Pero puede ser que esto no ocurra por el motivo que sea, entonces tendrás que buscarte tu propia familia, tu propio grupo que haga de familia para poder tener ese sentido de pertenencia.
La pertenencia social hace referencia a las relaciones sociales en general, como pueden ser los amigos, los compañeros de trabajo, la comunidad, el gimnasio o cualquier grupo con el que te relaciones. Por ejemplo, para que nos hagamos una idea, un grupo de pertenencia social puede ser el grupo de gente con el que compartes una actividad lúdica, como puede ser un deporte o un club de lectura. Cuando hablo de esto siempre pienso en el ejemplo más claro que conozco, el crossfit. Las personas que conozco que van a crossfit tienen un sentido de pertenencia muy grande, se llevan muy bien con los compañeros y tienen ese sentido de grupo que les hace estar muy motivados y disfrutar mucho de la actividad.
Por último, la pertenencia cultural tiene que ver con la cultura y tradiciones de cada individuo. Puede ser un sentido de pertenencia por religión, etnia, país, idioma o cualquier cosa que tenga que ver con tu cultura o tradiciones. Formar parte de una comunidad religiosa o participar activamente en las tradiciones culturales de tu país son algunos ejemplos.
Quizá cuando empezamos este episodio no te habías dado cuenta, oyente, pero lo cierto es que pertenecemos a más grupos de los que creemos, y ese sentido de pertenencia lo tenemos en muchos aspectos de nuestra vida. Ahora veremos la importancia del sentido de pertenencia, pero es crucial para nuestro bienestar no focalizarnos en solo un grupo, sino que debemos estar bien y satisfechos con los distintos grupos a los que pertenecemos.
¿Por qué es importante el sentido de pertenencia? Lo principal es que al sentirnos parte de algo tenemos esa sensación de apoyo, de aceptación y seguridad. Esto fortalece nuestra confianza y nuestra autoestima. También nos ayuda a formar nuestra identidad y saber quiénes somos.
Cuando pertenecemos a un grupo (ya sea nuestra familia, amigos, comunidad o cultura), sentimos esa seguridad emocional que nos da formar parte de ese grupo. Sabemos que tenemos apoyo, formamos parte de un grupo de gente similar a nosotros, y eso nos permite explorar nuevas experiencias sin sentirnos perdidos o inseguros. Dicho de otra manera, nos da estabilidad y confianza.
Voy a hacerte una pregunta un poco profunda, oyente. ¿Alguna vez en tu vida te has sentido solo, como que nadie te entiende? Como esa sensación de cuando eres pequeño y todo el mundo va a un cumpleaños menos tú, la sensación de sentirte excluido y que no formas parte de un grupo. ¿Conoces esa sensación? Pues eso, pero llevado a un nivel más alto, es lo que provoca el no tener un sentido de pertenencia.
Cuando perteneces a un lugar, eso trae emociones positivas. Por el contrario, si no sientes esa pertenencia, eso te generará emociones negativas. Eso se conoce como desarraigo. Emocionalmente afecta de manera negativa porque somos seres sociales y estamos programados para formar parte de grupos. Entonces, sentirte fuera de lugar o que no formas parte de ningún grupo, es desagradable. Es la diferencia entre que los demás niños te inviten a jugar o quedarte en una esquina viendo cómo juegan los demás.
¿Qué factores intervienen en nuestro sentido de pertenencia? Influyen muchos factores, pero quizá los más importantes tienen que ver con nuestro entorno. Desde el momento mismo en que nacemos en un país determinado, con una lengua determinada, con una cultura determinada y con un nivel socioeconómico determinado, eso ya determina en gran medida nuestro sentido de pertenencia. El entorno donde crecemos, nuestra familia, la manera en que nos hemos criado, la educación…
Hay que decir que también influyen factores internos, intrínsecos a nosotros mismos. Un ejemplo es la personalidad. ¿Cuántas veces hemos visto a dos hermanos criados de la misma manera y que se relacionan completamente diferente con el mundo?
Los grupos en los que participas van moldeando tu personalidad y tu forma de comportarte. Yo me comporto de una manera determinada por lo que vi en mi casa, por lo que vi en mi grupo de amigos, por lo que vi en todos los lugares donde trabajé, por lo que vi en todos los sitios donde estudié y por lo que vi en todos los entornos sociales donde me he movido. Tanto es así que muchas veces, debido a ese sentido de pertenencia, hablamos de una manera determinada, nos vestimos de una manera concreta o tenemos una forma de divertirnos según el grupo al que pertenecemos.
Algo que nos pasa con el sentido de pertenencia es que defendemos a nuestro grupo con uñas y dientes. Es como eso de “a mi familia la critico yo, pero a ti ni se te ocurra”. Y eso es porque es nuestro grupo, pertenecemos a él y sentimos que si ofenden o atacan al grupo nos ofenden o atacan a nosotros.
Y tienes muchos ejemplos de esto: tu país, tu idioma, tus amigos, tu cantante favorito, tu equipo de fútbol, tu religión, tu partido político. Como dice el psicólogo Santos Solano: “El sentido de pertenencia sirve porque sabemos que es algo adaptativo, aumenta la probabilidad de supervivencia. Necesitamos a los demás para seguir viviendo, a través del intercambio de favores, nos va a permitir estar socialmente más adaptativos”.
En definitiva, defendemos al grupo al que pertenecemos porque sabemos que ese grupo, y el sentido de pertenencia, es lo que nos mantiene vivos.